Teoría Ómicron

Revista de ciencia ficción y fantasía

HÉROES ÓMICRON:Salamandras en guerra

José Luis Barrera nos trae un articulo sobre «La Guerra de las Salamandras», una novela clásica de la ciencia ficción.

Por José Luis Barrera

Imagine un lunes que, en apariencia, es como cualquier otro: un agujero negro donde el tiempo y el espacio se alteran hasta el punto de que un instante parece un siglo. Usted se levanta, tuesta un par de rebanadas de pan, fríe un huevo y toma su café para luego, enfundado en un impecable traje de preso asalariado, dirigirse a su empleo. 

En el trayecto, sin embargo, se percata de que aquel inicio de semana no es igual a los anteriores. Apenas a unos metros de la parada del autobús, donde antes había calles asfaltadas y vendedores de periódicos, encuentra una playa rocosa, al tiempo que las olas del mar chocan contra los muros de los edificios como si se tratasen de acantilados.

Sus vecinos, con pavor, le gritan que debe ponerse a salvo porque las salamandras han empezado con el proceso de ensanchamiento de los mares y pronto solo las cordilleras de los Andes o del Himalaya serán habitables para la especie humana.

Estos animales de los que hablan sus vecinos no son producto de laboratorios genéticos donde el hombre juega a ser Dios, sino mutaciones naturales que en medio de nuestra arrogancia hemos pasado por alto.   

La guerra de las salamandras, Karel Capek

Antes esclavas, aquellas criaturas se han rebelado usando la misma tecnología que los hombres pusieron entre sus patas para obligarles a cumplir labores que consideraban indignas.

Este escenario es el que Karel Čapek (1890), escritor checo, nos ofrece en su novela La guerra de las salamandras.

Obsesionado con las distopías porque le tocó vivir en medio de una (el ascenso del fascismo y del comunismo estalinista), nos presenta un planeta Tierra que termina por cambiar su conformación continental solo para albergar a unas criaturas que, al principio, se ocultaban de los humanos y, al final, terminan por conquistarlos.

Nuestra especie, como siempre desesperada por conseguir esclavos, al descubrir que esos animales, que son la caricatura de sí misma, tienen la habilidad de hablar, aprender y hasta trabajar, las transforma en mano de obra gratuita y estimula su reproducción hasta un punto en que se vuelve incapaz de controlarlas. 

El espacio en los mares ya no es suficiente para una población de anfibios esclavos que ha crecido de forma desmesurada y que ahora tiene las armas y, en definitiva, la tecnología para obligar a los hombres a desplazarse hacia las montañas, mientras, luego de terremotos y tsunamis, los continentes se transforman en pequeñas islas.

Čapek, que veía el irracionalismo de nazis y comunistas a la vuelta de la esquina, comprendió que la pereza y la indiferencia de los humanos era el germen de su destrucción y que si la tecnología no se enfocaba en mejorar la calidad de vida, sino en socapar la mediocridad y la ignorancia colectiva, la especie estaría condenada a destruirse.

No es casualidad, entonces, que el checo, en otra obra, fuera el primero en usar el término “robot” para referirse a los autómatas, al fin y al cabo, esta palabra deriva la eslava “robota” que significa “labor dura”, usada en su país tradicionalmente para referirse a la servidumbre obligatoria de seis meses o un año que debían cumplir los siervos de gleba para con sus señores.

El caso con la Ciencia Ficción, una de cuyas variaciones es la distopía, es que parece ser anticipatoria, pero no se trata de un ejercicio de adivinación o magia: lo único que hace tan acertados a escritores como Čapek u Orwell es su capacidad para mirar, sin ambages, las fallas de fábrica de la especie humana.

Fotos: Editorial Bruguera / Editorial Weston

José Luis Barrera

Quito, Ecuador 1983. Es narrador y periodista ecuatoriano. Sus crónicas y relatos han aparecido en medios como Mundo Diners o la edición digital de Revista Eñe de España, además de antologías de cuentos, por ejemplo: Minimal (Efecto Alquimia, 2011) y Nunca se sabe (Eskeletra y Cactus Pink, 2017). Fue miembro de varios talleres literarios, especialmente los impartidos en la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” y los organizados por el escritor Huilo Ruales Hualca. En 2011, publicó su primer libro, El espejo de Mambruk (Editorial K-Oz), el mismo que compilaba una serie de relatos trabajados en los talleres de la Casa de la Cultura. Actualmente, prepara en un nuevo libro de cuentos, al tiempo que coordina talleres de escritura creativa, ejerce el heroico oficio de periodista freelance y sobrevive con oficios propios de un relato de Kafka. En su blog, La rue Morgue, se pueden encontrar sus artículos e historias, manifestaciones propias del herético intento de fusionar, sin miedos ni medias tintas, la literatura y el periodismo.

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