Por Alexis Cuzme
Ficha técnica
Título: I Am Mother
Año: 2019
País: Australia
Dirección: Grant Sputore
Guión: Michael Lloyd Green
Música: Dan Luscombe, Antony Partos
Fotografía: Steve Annis
Reparto: Clara Rugaard, Hilary Swank, Luke Hawker, Tahlia Sturzaker, Jacob Nolan, Summer Lenton, Hazel Sandery, Maddie Lenton
Productora Penguin Empire / Rhea Films / Southern Light Alliance / Southern Light Films. Distribuida por Netflix
Género: Ciencia ficción. Thriller | Robots. Familia.
Hay una niña que llama madre a un robot. Ambos cuerpos (el humano y el robótico) se mueven-viven-existen dentro de una nave-hogar. En esta dinámica se aprecia el desarrollo de la niña en todos sus procesos de crecimiento hasta llegar a la adolescencia, también al robot que además de ser su “madre” es su tutora y maestra.
Todo este cuento de amor y cuidado entre un robot y una humana es dañado al aparecer una mujer del exterior. De esa nada que significa estar fuera de la nave, donde la vida es imposible.
La intromisión de otra mujer, una de la misma especie que la hija del robot, desencadena un conflicto interior en la adolescente, lo que desarrolla una confrontación con su madre y con lo que hasta entonces era su realidad.
Esta es la historia de I Am Mother (2019, Netflix) del director Grant Sputore, un film de ciencia ficción, que narra la historia de un robot y su hija humana, en un futuro donde no hay más población humana debido a una catástrofe que ha diezmado a millones, sino a todos.
Pero este film no solo trata de la relación robot-humana, sino que explora el tema de la maternidad y la crianza desde la sustitución, por ello interesa saber ¿Puede un robot criar a un humano? ¿Puede un robot asumir el rol de madre? ¿Puede el rol de madre convertirse en una herencia transferible?
Vínculos madre e hija
Laura Gutman en su libro La maternidad y el encuentro con la propia sombra (2015, Planeta), plantea que: “El bebé es, en la medida en que se fusiona con lo que lo rodea, con los seres que se comunican con él y con los objetos que existen alrededor y que al tomarlos se convierten en parte de su propio ser. Esto significa que los bebés y niños pequeños son «seres fusionales», es decir, que para «ser» necesitan entrar en fusión emocional con los otros. Este ser con el otro es un camino de construcción psíquica relativamente largo hacia el «yo soy»”. (p.14)
Esta fusión emocional existe con ese otro no humano. Se parte del reconocimiento de los personajes: Madre e Hija. Despersonalizados, solo como una representación del rol que deben asumir.
Así la construcción psíquica de la que habla Gutman, se desarrolla en toda la infancia del personaje. Madre crea el escenario para que Hija encuentre en ella todo lo necesario a lo cual pueda girar su realidad, que es el todo dentro de su imaginario.
El vínculo que desarrollan Madre e Hija es trascendental. Existe una asimilación de los roles que en el futuro le tocará asumir a Hija y, por lo tanto, Madre se vuelve el modelo a imitar.
Este rol es una las características más fuertes dentro de la trama. La hija humana sigue los pasos de su madre robot: una figura de autoridad que representa el pasado y presente para ella. Una fuerza capaz de darle seguridad. Una guía constante para ir perfeccionando cada cosa enseñada.
Más sobre CINEMA ÓMICRON
El exterior es el peligro
El que Madre mantenga aislada a Hija del mundo exterior tiene un fin clave dentro de la trama: afuera está la versión triste de lo que ha sido la raza humana, el testimonio de la autodestrucción a la que se ha llegado; la ley del más fuerte, donde la violencia es un recurso normalizado e imponente.
Por eso todo aquello ha estado vetado para Hija. Una realidad marchita que no puede ofrecerle nada, porque su rol de existencia es fundamental dentro de la crianza, porque su vida debe continuar el objetivo inicial: volverse la nueva madre guía, la cabeza de una nueva población.
Otra madre, otra mirada
El aparecimiento de otra mujer que irrumpe en la nave, que desestabiliza la realidad y el mundo que para Hija era perfecto, no solo crea una ruptura entre el vínculo madre e hija, sino que intenta imponerse como una nueva voz, una que resulta más fuerte por compartir la misma raza.
Por eso la otra mujer, con sus ideas de libertad, con su mirada cruel desde el exterior, es eliminada por Madre. Esto porque existe un plan detallado, donde no cabe el error. Donde Hija es la pieza clave.
Una madre muere y otra nace
La destrucción de Madre por parte de Hija (esto solo como la desaparición de la figura material, puesto que Madre habita, desde su conciencia, en la nave y en los miles de androides que gobiernan) es un paso decisivo para que se asuma el rol por el que fue creada: convertirse en una madre que forme a los nuevos humanos que repoblarán la tierra.
Esta escena, una de las más desgarradoras dentro del film, es clave porque desde ahí se arriba a una conclusión: el rol de madre es necesario para el desarrollo de las comunidades. Ella, como núcleo, es vital para sostener a quienes giren a su alrededor. Porque su naturaleza y acciones han sido programadas desde el inicio de su existencia, una en la que se ahonda con el desaparecimiento de Madre y ella asumiendo el rol protagónico sobre el cual se aferrarán los cientos de humanos por nacer.
Fotos: Netflix
Alexis Cuzme

Manta (Ecuador), 1980.
Escribe y colabora con publicaciones periódicas, ecuatorianas y del extranjero, en temas relacionados a cine, teatro, música, literatura y edición. Fue creador y editor, por quince años, del fanzine metal literario Marfuz. Co creador y editor del sello independiente Tinta Ácida. Sus más recientes publicaciones son Moshpit (ensayo, 2013) La ruina del vientre sacudido (poesía, 2017) y Phil Anselmo piensa en su yugular (poesía, 2018).
Sito web: http://alexis-cuzme.blogspot.com/
Anuncio

1 thought on “CINEMA ÓMICRON: La herencia del rol maternal.”
Comments are closed.