Teoría Ómicron

Revista de ciencia ficción y fantasía

CINEMA ÓMICRON: La trayectoria cinematográfica de Soy Leyenda

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Francisco Segovia escribe sobre la novela "Soy leyenda" de Richard Matheson. La obra ha sido adaptada en cuatro películas con diferentes enfoques, todas influenciadas por la historia original.

La novela Soy leyenda (I am legend), de Richard Matheson, se publicó en el año 1954 y, desde entonces, ha sido reeditada infinidad de veces en multitud de idiomas. A pesar del tiempo sigue teniendo una vigencia casi insultante dado que trata los temas de la sociedad que se adapta a las nuevas circunstancias, los conceptos variables del bien y del mal y otras cuestiones que Matheson desarrolla con su habitual maestría.

            La novela, narrada en primera persona, cuenta la historia de Neville, el último hombre vivo sobre la Tierra después de una catástrofe bacteriológica. Refugiado en la relativa seguridad de su hogar, combate contra unos seres que tienen atributos vampíricos y que lo acosan por la noche. Con ajos, crucifijos, espejos y puntiagudas estacas lucha contra ellos. De noche, se defiende. De día, los busca en sus escondrijos y los mata.

            Sumido en la soledad, en los recuerdos, Neville se refugia en la música y en el alcohol. Así pasará sus días hasta que conoce a Ruth, una mujer que se le presenta como otra superviviente. Sin embargo, finalmente se demuestra que ella pertenece a un tercer grupo de humanos del planeta: ni hombres como Neville, ni vampiros como los que le acosan. Una especie evolutiva que dominará la Tierra y que no quiere tener entre sus filas al último representante de la humanidad extinta.

            El enfrentamiento inevitable final entre Neville y este nuevo grupo de humanos acabará con la muerte del protagonista, que ingerirá unas pastillas para no sufrir violencia a manos de sus ejecutores. Solo entonces intuirá que él se ha convertido para los nuevos habitantes del planeta en una leyenda: un ser al que temerán y formará parte de sus historias a lo largo de siglos. Un ser temido, diferente, que habitará sus pesadillas y sus historias más tenebrosas.

            Argumento que se desarrolla en menos de doscientas páginas, a lo largo de las cuales Matheson es capaz de plasmar muchos conceptos e ideas que, con mejor o peor fortuna, han sido llevados al cine en, hasta el momento, cuatro versiones cinematográficas. De ellas hablaremos a continuación en orden cronológico.

            La primera es The last man on Eart (El último hombre sobre la Tierra), producción del año 1965 que, en principio, debía dirigir un director tan prestigioso como Fritz Lang. No fue así, y su lugar fue ocupado por Sidney Salkow, un buen artesano del cine serie B. En efecto, esta película puede englobarse dentro de este género debido a su limitado presupuesto y a pesar de que cuenta en su elenco, como figura principal e intérprete del profesor Neville, a Vicent Price, que pone su voz grave, su victoriana figura y su profesional interpretación al servicio de esta producción.

            Siendo la primera adaptación de la novela no podía faltar Matheson a cargo del guion, aunque lo hizo en colaboración con otros autores. No acabó satisfecho con el resultado final de la película; ni con la adaptación final de su obra ni con la elección de Price para el papel principal, circunstancias que hicieron que no quisiera aparecer en los créditos con su verdadero nombre y adoptara un seudónimo, el de Logan Swanson.

            La película, rodada en Roma aunque ubicada en Estados Unidos, tuvo buen acogida y hoy es reconocida como un clásico indiscutible, con influencias notables en obras posteriores, incluida la conocidísima La noche de los muertos vivientes, de George Romero, que reconoció la enorme influencia de esta película de Vicent Price. De hecho, la némesis de Neville son los humanos muertos y resucitados, con todas las trazas de vampiros a los que combate o aleja con ajo, estacas y espejos.

            Muy próxima a la novela, el final es más dramático, con una muerte violenta en una iglesia, a modo de nuevo Jesucristo sacrificado para la salvación de la nueva humanidad. La segunda versión de Soy leyenda es una película muy poco conocida, un corto de 36 minutos dirigido en España por Mario Gómez Martín, como práctica de su paso por la Escuela Oficial de Cinematografía, EOC. Es del año 1967, rodada en un país económicamente retrasado y con pocos medios, Mario Gómez es capaz de trenzar un historia que es una fiel adaptación a la novela

de Matheson. Rodada con escasísimos medios y en zonas ruinosas e, incluso, una iglesia abandonada, el director español es capaz de plasmar el espíritu de la novela con una contundencia que merece más reconocimiento del que actualmente disfruta.

            Este corto está disponible en la filmoteca nacional, y es casi de obligado visionado para quien quiera acercarse a las adaptaciones cinematográficas de la obra de Matheson.

            La tercera adaptación, del año 1971, forma parte de ese cine apocalíptico influenciado por la Guerra Fría y la amenaza latente de una guerra nuclear entre las superpotencias. The Omegan Man (El último hombre vivo, 1971), está dirigida por Boris Segal y protagonizada por Charlton Heston, en plena cumbre de su carrera tras Ben Hur y el Planeta de los Simios, que llena toda la película con su presencia, a veces excesivamente imponente. A diferencia de las dos primeras adaptaciones, el virus que acabó con la humanidad es producto de una confrontación nuclear entre EE.UU. y la U.R.S.S., y los enemigos de Neville no son vampiros sino mutantes que, además, son inteligentes, están organizados y tienen un líder carismático. Estos lo acosan por la noche mientras Neville se defiende con toda suerte de armamento. Por el día, sin embargo, cambian las tornas y Neville los busca para masacrarlos en sus refugios.

            Como en la novela, Neville conocerá a unos supervivientes que, sin embargo, son tan humanos como él. Finalmente, antes de morir de una forma bastante espectacular, cede parte de su sangre, convenientemente manipulada en su investigación para combatir el virus, y salvarlos de ser contagiados y convertirse en mutantes como los que le han atacado.

            Como colofón de adaptaciones cinematográficas, pero no como cúspide de acierto, nos encontramos con Soy leyenda (I am legend, 2008), la conocidísima película de Will Smith que dirigió Francis Lawrence, con más efectos especiales que maestría en la dirección o en el guion.             Will Smith sigue siendo el doctor Neville solitario, aunque en esta película está acompañado por un perro desde el principio y no como una mera

anécdota (mascota que morirá más adelante para aumentar su angustia y su soledad, al igual que en la novela de Matheson). Sus enemigos ya no son vampiros de andares torpes, casi zombis, ni mutantes que parezcan surgidos de una secta satánica, sino veloces seres, convenientemente desfigurados, que no soportan el sol pero corren a velocidad de vértigo, siguiendo la nueva ola de enemigos de la humanidad implantada en el reciente cine de criaturas apocalípticas. El andar pausado, torpe, ha dejado paso a la endiablada precipitación con la que los vampiros-zombis-mutantes se lanzan contra el protagonista con afán vengativo.

            Will Smith, científico como sus antecesores, también morirá en un final poco creíble y con una moraleja religiosa que no hubiese gustado a Richard Matheson.

            A pesar de algunos interesantes aciertos, la película se deja arrastrar por un exceso de efectos especiales, explosiones, disparos y diálogos sin sentido. La actuación de Smith (muy lejos entonces de la que le hizo ganar el óscar por Alí), tampoco es muy destacable, y el final, insistimos, queda en un quise pero no pude. De hecho, se rodaron dos finales. En el alternativo, Neville logra salvarse y huir con el resto de humanos supervivientes.

            Cuatro adaptaciones cinematográficas, visiones diferentes de Soy leyenda de Matheson, con mayor o menor acierto pero interesantes de visionar en su conjunto para sacar la conclusión de que la novela de este genial escritor da para mucho.

            Quizá para una quinta versión fílmica, que no mejorará las anteriores, tememos, si es la anunciada segunda parte de Soy leyenda, interpretada de nuevo por Will Smith.

Francisco Segovia Ramos

Granada, España, 1962. Ha ganado, entre otros: el IV Certamen de Relato del Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror La Mano, de Alcobendas, Madrid; el I Certamen de Novela Corta de lectura Fácil; el IV Certamen Internacional de novela de ciencia ficción “Alternis Mundi”; el XXVII Premio de Prosa de Moriles; el II Certamen de Cuentos “Primero de Mayo”, Argentina; y el I Premio de Novela corta de lectura fácil.

Obras: “El enigma del Moldava” (2022). “El desaparecedor” (2021), “El hombre tras el monstruo” (2017), “La Promesa” (2015), “Los Náufragos del Aurora” (2015), “Viajero de todos los mundos”, (2014), “Los sueños muertos”, (2013), “Lo que cuentan las sombras”, (2010); “El Aniversario” (2007). Partícipe en numerosas antologías de poesía y relato con otros autores.

Otras actividades: Colaborador en revistas y periódicos digitales. Participa habitualmente en la Semana Gótica de Madrid. En su bitácora literaria personal puede seguirse su trayectoria: http://franciscojsegoviaramos.blogspot.com.es/

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