José Jesús Rodríguez
Estoy llegando hasta los cielos de los íntimos e infinitos atardeceres, esta puesta de sol, traspasa los lienzos de la melancolía, este sol es el mismo al del primer amanecer, pero es distinto al de todas las épocas de los dramas cósmicos del pasado. La filosofía, es la señal de la reflexión de los hombres libres, todos estamos meditando sobre el origen de la vida, por qué nuestra mente, es lo que une los senderos y las conexiones de un infinito jardín, el mismo que puede ser percibido y trasmitido como símbolos de trilogías ocultas en las manos de Dios, en nuestros planos oníricos, donde cambian las formas de los escenarios simultáneos, en el que el dador de Vida, va trasmitiendo un mensaje multiversal, en nuestro ojos, para ser recitado en nuestros labios. Al caminar, veo como todo ha cambiado después de la tercera guerra mundial y de la guerra de naciones, en la que el fósforo electrónico, voló sobre todas las mentes como un a idea de sacrificio superior, cuando no era más que una agenda de exterminios masivos que escribió el puño y letra de la encarnación de Hermes y que le dicto a su oído como un secreto de muerte el mismo Luzbel, en aquel tiempo, la impiedad gobernó sobre los tronos innombrables de las corporaciones y las redes de industrias multinacionales, el hombre vio al dinero que solo es un juez de dos caras con mil rostros sin identidad, como una deidad a la que se le tenían que rendir tributo, el sol invicto se vestía de cadáveres de estrellas, de planetas muertos tejidos sobre galaxias muertos adentro de los cementerios hechos en la inteligencia artificial de los ordenadores alienígenas de los agujeros negros primordiales. Las ruinas de nuestra civilización, miles de cementerios de fábricas de la explotación del hombre por el hombre, las casas y los restos de la arquitectura de nuestra hipotética civilización, esta calcinada por los rayos destructores, los árboles han sobrevivido a los bombardeos nucleares y de las armas psicotrónicas, enviados por los cañones apolíneos de los helicópteros y de los destructores navales de las armadas de las 13 colonias del Arquitecto de los Universos contra el Luzero de la Zuria Polar aliado y amigo de las dinastías draconianas de Taichina, para los que presenciamos esto, fue como ver las guerras en el cielo aquí en la tierra a los que nos tocó vivir estos eventos cronológicos, avanzo más allá de las desoladas avenidas del silencio y del aire mágico de los sonidos primigenios del tiempo, las murallas de árboles, siguen protegiendo las cimas montañas de las Sierras de la Megalópolis de México y del Miedomex, la naturaleza reclamó su lugar y sanación, en contra de los senderos odiados de la destrucción del enemigo del hombre. Voy llegando a una de las aldeas globales, en donde se vivió, una de las guerras globales por el agua, hace ya tiempo, la lucha fue incesante, hombre contra hombre matándose y destruyéndose como en las eras primitivas, todos olvidándose del Amor y de Dios, peleando como subiditos de los nuevos emperadores de la ideología multipolar, si desde niño me había tocado vivir los acontecimientos anteriores, a mi edad de 40 años, ya había presenciado otra vez esta historia de terror en las alas alarmantes de los carros del pánico. Sigo mi camino por las calles llenas de pedrería de magma volcánico, los relieves de las paredes nos hablan de sus mitos y de héroes que hicieron la salvación de la liberación de la humanidad, la humedad poco a poco, ha carcomido algo de la pintura de los mismos relieves, las escenas son sobre batallas, tanques de combate bélico destruyendo con sus potentes disparos a los discos de las armadas alienígenas, hombres recitando discursos sobre la libertad humana contra el estrado de exopolítica y la inteligencia artificial. Cuando uno va pasando, por estos murales que por sí solos, hacen temblar a los hombres y le hacen caer las máscaras a los dioses, se da cuenta uno de los tiempos tan magníficos que hemos vivido como especie humana, los cambios y los movimientos del cielo, se hicieron en la tierra, quizás no del método más adecuado, veo en todo la omnipotencia de los jeroglíficos de la solución a todos los enigmas, arriba en lo alto de los cielos, el sol saluda con una nueva esperanza recobrada por la humanidad, en los cielos están escritos los manuscritos del cielo, otra puedo presentir el sueño que tuve a la edad de siete años antes de la tercera guerra mundial, recuerdo en aquel entonces que los científicos del poder detrás del trono, trataban de programar el cerebro al circuito de energía libre de las conexiones de los ordenadores cuánticos, para proyectar una realidad de los mundos oníricos y teledirigirla hacia los mundos físicos. Imaginar que algunos mortales quisieran vivir millones de veces su misma vida, con los mismos actos, los mismos pensamientos, sin ser capaz de decidir en su albedrio, nuevos cambios y nuevos movimientos en su historia, este sería un programa de psicología multiversal, repetido en bucles atemporales, movido por la secuencia de un poder más antiguo que la vida misma, unido a los símbolos de poder de la aritmética virtual de los ángeles programadores del anticielo. Para estos eventos caóticos, usaron ratas de laboratorio de humanos secuestrados en otras realidades, pero lo único que ocasión con sus experimentos es que estos sujetos fueran destruyendo cada una de sus líneas temporales y conexiones, sus almas quedaran atrapadas en un bucle atemporal, viviendo innumerables veces los mismos eventos, ahí los que los asesinaron quedaron atrapados en el mismo acto, asesino matando a la y víctima, víctima dejando que la mate y asesino, el asesino aniquilando mentalmente a su víctima con armas de psicología, ambos víctima y asesino, atrapados en una red cuántica de círculos secretos, en donde uno mataba a el otro y terminaba quitándose la vida, para destruir su realidad y poder liberar sus almas. Llego a la sala de una biblioteca que aún está intacta a pesar del paso del tiempo, abro uno de los libros de la galería Z, las paginas me lleva a un combate de la guerra de naciones, se ve como detrás de los cielos, las rápidas mascaras alienígenas veían con desprecio a la humanidad, calcinaban todos los carros de Apolo, quemaban las caras de los protectores de la antigua aldea global, las lágrimas de las madres por los hijos muertos en los campos de batalla rodaron por las pendientes de las montañas que están arriba de la desembocadura de los ríos, hasta llegar a las corrientes marítimas de los océanos, después las masas humanas con armas tomadas de las bases secretas de los militares atacan a miles de discos, esferas, burbujas, triángulos y computadoras que atacan a la humanidad, es una guerra bestial, hasta el último alguien hace que su cuerpo sea un reactor astral-nuclear, hace que lo lancen hacia los cielos, al hacer contacto con una bomba, comienza una reacción en cadena de neurovronoz psicotrónicos, es una explosión limpia y millones de veces más destructiva, poderosa y temible que una bomba de hidrogeno nuclear, esto lo hizo este héroe, para explotar y borrar con oleadas cuánticas de tiempo a las amenazas de armas de máscaras alienígenas, todo para liberar a las naciones de la humanidad, esta fue la última victoria y la última guerra de la humanidad por mucho tiempo, antes de quedar en las ruinas de lo primitivo. Cierro el libro, avanzo a observar uno de los salones, donde se impartía con maestría las cátedras de Oratoria sobre los mitos griegos, sobre Nietzsche, sobre la Eneida de Virgilio, el Quijote de Cervantes y su vida, la Cábala de Abulafia, el arquitecto del medioevo en la península ibérica que aun libraba el genocidio encubierto llamado Reconquista, su obra de Abulafia sobre la Cábala es encubierta en el misticismo de la Guía de los Perplejos y el Camino del Sefiroth, la Santa Biblia y en especial el Apocalipsis o la Revelación de Jesús a Juan, las tragedias helénicas de Esquilo Eurípides, los 9 Libros de la Historia de Heródoto, los poemas homéricos de la Ilíada y la Odisea, la Divina Comedia de Dante Alighieri, el Al Corán del Islam y sus santos mártires, el Libro de la Ley de Aleister Crowley, Lovecraft varias obras, de Swedenborg su teología del Arcana Coelestia o Misterios Celestiales, John Milton el Paraíso Perdido, el Jardín de Senderos que se Bifurcan de Borges y el Verso de Oro de Pitágoras, aun no entiendo que nos pasó como civilización, como humanidad y como mundo, solo diré en defensa legislativa de la humanidad, que, la civilización helénica, es el maestro de occidente y discípulo de los antiguos pontífices y maestros del antiguo Egipto, Egipto sintió un terror, cuando vio que el alumno, en algunas ocasiones supero a los constructores de los universos, Egipto temió que su legado podría desaparecer del mundo, así que ambos están ligados a la fuente inagotable de los jardines colgantes de Babilonia, mirando en las tablas de Sumeria, su ígnea idea puesta en los arcos interpuestos entre los mundos de los vivos y de los mundos de los muertos, ya que esta prescrita en los mitos de la civilización, esta es una nostalgia Orfeo bajando a los infiernos por Eurídice, Sinuhe venciendo a los infiernos del Altar de la Otra Iglesia de los Arcontes, en este mundo, aceptando sus héroes de ambas culturas, el mundo como tormento de castigos cósmicos, para dirigirse en la redención o la salvación como lo hiciera Jesús frente a la doctrina de Lucifer, al rescatar a la humanidad con el sacrificio, salvar en este mundo con la redención del verbo, resucitando por amor, para evitar todas las respuestas al vez de todos los infinitos tiempos, todo esto es para hacerlo un lugar este magnífico mundo, para hacerlo cada vez más mejor. Sigo caminando, veo que hay un viejo amigo de la escuela primaria, sonreímos porque se encuentra al lado de su esposa, a la cual besa y abraza y le promete un juramento de amor eterno, llego y ambos dialogamos como humanos y como un programa de algoritmos de máquinas.
— ¡Veo que has llegado a tiempo para observar el Tribunal de Némesis!
— ¿Némesis es las diosas cercenadoras de muertes y de profetas exiliados en el ojo de la omnividencia de los masacrados junto al fuego del averno de la traición?
Más sobre Cronistas Ómicron
— Un mito está escrito en la cara de los hombres que fueron seducidos por la idea de la traición y la rebelión.
— Todos pudimos haber sido víctimas de la emergencia y del amor, pero rescatamos nuestra escalera del alma, más allá de los dos muros de la rebelión.
— Somos los hombres libres de este programa universal.
— Tenemos el autoequilibrio de nuestras almas. Mire hacia abajo lo que estaban mirando, él y su esposa, más de 300 hombres, puestos en fila con cadenas en las manos y los pies, van siendo latigados por los verdugos e inquisidores del fatalismo de la historia de las níveas vírgenes, son llevados por corredores que no tienen techos, al llegar están una serie de níveas vírgenes acostadas en camas, los hacen acercarse a ellas, la copula de la magia sexual se viste de las habitaciones tántricas de las poses eróticas, interpuestas en escenas de las cámaras secretas de la mente voyerista de los antros de la psicología programada de la inversión del tiempo, en el centro se un altar de la Diosa Sophia, al terminar de eyacular su esperma en el vientre, las mujeres que dejaron de ser níveas vírgenes, llevan puesto un recipiente en forma de dispositivo intrauterino, en la vagina, el cual sacan después de la eyaculación del miembro masculino, lo ponen en una jarra en forma de ánfora, lo ponen a fermentar por 30 días, puesto para recibir la luz del sol y la luz de la luna, al ser fermentado por óvulos con esperma de magia sexual, se convierte en la ambrosia o el jugo de los dioses, que es bebido de la misma ánfora, en el éxtasis de los ritos orgiásticos del pacto de las habitaciones tántricas de las poses eróticas, aclaro, este no es el jugo de las galaxias que es creado con aire y magia psicotrónica, al observar todo esto, es como si los misterios de Eleusis que se practicaban con esclavos de Lesbos, nunca se fueron de nuestra tierra, esta orden esotérica, se ha instalado en esta tierra primitiva, pero dejamos de observar esta perdición de la humanidad y regresamos a nuestra aldea global, donde alguna sonrisa de un niño o un dialogo con un amigo nos darán la esperanza como humanidad, para seguir soñando en el canal del Sueño de Dios.
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José Jesús Rodríguez
México, 1988. Obras principales: Extinciones de las Humanidades.

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