Por Ilse De La Rosa
La Literatura Comparada ofrece diversos puntos de acercamiento, ya sea desde la estructura de una obra, la traducción, etc. Hoy usaremos la tematología como puente de acercamiento para la comparación entre los cuentos “Circe”, cuento compilado en Breve antología de cuentos 1 de de Julio Cortázar, “The Orchard-Pit” del escritor y pintor Dante Gabriel Rossetti y el “Canto X” de La Odisea.
Primero, nos acercaremos a los conceptos de tema y tema-personaje siguiendo a Philippe Chardin[1] y a Luz Aurora Pimentel[2], para después exponer de manera breve los argumentos y a partir de características como estructuras, personajes y descripciones que en ellos se encuentran, además de algunos paratextos como el título y el epígrafe inicial; encontrar una relación de comparación teniendo como base el tema-personaje de la femme fatale.
Chardin apunta que, a diferencia del mito que aún conserva un alcance religioso[3], un tema es un relato desacralizado, por otro lado, Pimentel señala que:
“Un tema se define como asunto, materia, cosa de la que se trata en una conversación, escrito, conferencia, etc. El tema tendría entonces un valor abstracto: la materia prima a desarrollar en un discurso”[4]
Un tema, entonces, es una materia que servirá como base de uno o más textos. Así, se puede entender como tema: la guerra, el amor, la soledad. Sin embargo, también pueden entenderse como temas: el Don Juan, el mesías, la femme fatale. Los primeros, dice Pimentel, son los tema-valor, mientras que los segundos son los llamados tema-personaje, “estos temas personaje se construyen a partir de un texto original, un mito o una leyenda que luego se toman como materia prima para un nuevo texto”[5]
Teniendo como base estos conceptos, comparemos qué tienen en común una repostera argentina de los años veinte (“Circe”), una sirena que habita en un foso en un huerto de manzanas (“The Orchard-Pit”) y una hechicera capaz de convertir a los hombres en cerdos (“Canto X”).
Repostera
La misteriosa muerte de dos de sus ex novios contamina el aura que rodea a Delia Mañara, son demasiados los chismes que llegan a oídos del pobre Mario pero, como buen enamorado, hace caso omiso de las habladurías tanto de los vecinos como de su propia familia. Delia es una jovencita que, a sus veintidós años, lleva sobre sus hombros el luto de dos amantes. Es fina, rubia, capaz de ejercer cierto sometimiento con los animales, insectos y con algunos hombres. Mario es un joven obstinado de tan sólo diecinueve años que decide ser quien rescatará a Delia del luto que aún lleva por Héctor (joven que cometió suicidio una noche de sábado, cinco horas después de haber dejado a su amada Delia en casa), aunque Delia jamás llevó luto por Rolo Médicis (el otro ex novio) quizá porque su muerte fue menos dramática, él murió de síncope[6].
Mario, dispuesto a conquistarla: reniega de su familia, la invita salir, visita la casa de los Mañara, es amable con ellos y a ellos parece agradarles, poco a poco Delia va dejando la tristeza de lado, vuelve a tocar el piano y las habladurías directas cesan. Una noche Mario la sorprende con una caja de bombones, ella confiesa que es docta en el arte de hacerlos y vuelve a prestar atención a la confección de sus bombones. Ella lo deja probar sus bombones más sofisticados mientras que a los Mañara, en escasas ocasiones, les permite acercarse a sus creaciones, lo cual está bien para ellos pues desconfían del relleno. Él se siente tan cerca de Delia que le propone matrimonio y ella acepta.
Las habladurías comienzan de nuevo, Delia vuelve a lucir como antes de que sus novios murieran. Mario busca cómo defenderla pero ella no quiere hablar del tema. Una noche después de una larga estadía frente al piano, Delia le ofrece un bombón a Mario, por primera vez él desconfía, y con justa razón, pues el bombón está aderezado con los restos de una cucaracha. Las manos de Mario rodean el cuello de Delia intentando asfixiarla, pero él advierte cuál puede ser su destino y se aleja, podríamos decir que ella resulta victoriosa y expectante ante su próxima víctima.[7]
En este cuento es importante resaltar en primer lugar los paratextos que en él se encuentran pues nos ayudarán a guiar y reforzar las relaciones de comparación. El primer paratexto es el título Circe, un nombre que no vuelve a aparecer en el cuerpo del texto pero que remite a la hechicera Circe en la Odisea; el segundo paratexto es la cita con la que inicia el cuento:
“And one kiss I had of her mouth, as I took the Apple from her hand. But while I bit it, my brain whirled and my foot stumbled; and I felt my crashing fall through the tangled boughs beneath her feet, and saw the dead white faces that welcomed me in the pit”[8].
Este paratexto nos lleva al siguiente cuento The Orchard Pit del que hablaremos más adelante.
Otro de los elementos que es importante rescatar del cuento cortazariano será la caracterización que se hace de Delia: el personaje femenino principal. Será éste, el personaje que compararemos en los tres textos.
Hechicera
Teniendo en cuenta el primer paratexto que marca la relación explícita entre el cuento cortazariano y La Odisea podríamos atrevernos a suponer que un lector que la haya leído y recuerde al personaje Circe, cuando se enfrente al cuento de Cortázar podría esperar la historia de una mujer hechicera que a través de brebajes convierte a los hombres en cerdos. Delia no convierte a los hombres en cerdos pero sí dominaba el arte de preparar licores o ¿habrán sido brebajes? Podríamos afirmar que no es la única característica que comparten. Circe es la diosa dotada de voz; cuando la tripulación de Odiseo se encuentra con ella, antes que verla la escuchan cantar. Delia está relacionada con la música también, ella gusta de sentarse frente al piano y deleitar a Mario con dulces melodías. La guarida de Circe está rodeada por lobos y leones que ella sometió a partir de sus brebajes mientras que “todos los animales se mostraban siempre sometidos a Delia”[9].
Finalmente, Odiseo, después de haber visto a su tripulación convertida en cerdos, y tras ser ayudado por Hermes, es capaz de resistir y enfrentar a Circe; Mario no puede vencer a Delia pero sí logra resistir a su encanto y salir vivo del cuento para no ser el tercer novio muerto.
Sirena
El segundo paratexto: el epígrafe. Nos hará (con la intención de encontrar las relaciones de comparación) buscar el último de nuestros cuentos a comparar.
El foso en el huerto, ese foso que, según los rumores, está lleno de los restos de los hombres que, siguiendo su destino desde que se les presentó en un sueño, han sucumbido al canto fatal de una sirena y no han podido resistirse a tomar la manzana que ella les ofrece. Nuestro protagonista ha tenido el sueño ya más de una vez, es un sueño recurrente en el que, al principio, sólo veía el foso a lo lejos, como si lo estuviese llamando. En más de una ocasión lo visitó en persona, su amada tuvo miedo al estar ahí ofreciéndole ella misma una manzana, sus perros de caza se negaron a acercarse más pero finalmente, una noche tuvo el sueño donde no sólo era espectador, fue el sueño que le mostraba el final, el sueño donde la sirena lo besaba y él tomaba de su mano la manzana para ser fiel a su destino y acompañar a aquellos hombres que compartieron el mismo sueño. Hasta donde sabemos fue sólo un sueño pero él sigue sintiendo cerca a la sirena.
De esta manera se desarrolla el cuento de nuestro segundo paratexto, ahora, ¿qué tiene que ver una sirena inglesa en medio de un huerto de manzanas con una jovencita en la Argentina de los años veinte? Para empezar, las dos llevan tras de sí un historial de hombres (literalmente) muertos a sus pies, pero vayamos más allá, si el título de Circe ya nos preparaba para una historia de una mujer hechicera, el epígrafe nos confirma que a lo largo del cuento encontraremos a una mujer capaz de atraer a los hombres hacia un destino final.
Delia, Circe y la sirena comparten el tema-personaje[10] de la femme fatale, Erika Bornay nos refiere que:
“La mujer [fatal] ha de poseer una belleza ambigua e inquietante. Evidentemente tiene que ser atractiva y seductora, pero estas cualidades han de basarse sobre todo en la potencia turbia y sexual que emana de su persona. Ha de tener una ondulante y larga cabellera espesa”[11]
Es interesante que Bornay hable de la cabellera ya que, Circe lleva el epíteto la de las lindas trenzas, de Delia se nos dice sólo que era rubia mientras que la sirena es una mujer de cabello dorado[12]. Las tres son mujeres que atraerán a los hombres sirviéndose de su belleza, así como de la música, Circe y la sirena cantan y Delia es diestra tocando el piano; finalmente, sabemos que los hombres no estarán seguros cerca de ninguna de ellas pudiendo quedar convertidos en cerdos o peor aún, muertos. Bornay también señala a Circe como una de las primeras mujeres fatales y dice que “el mito […] en el arte, empieza a tomar forma en las figuras femeninas del pintor y poeta inglés, el prerrafaelista Dante Gabriel Rossetti”[13], por lo que a estas alturas no debería sorprendernos que Delia sea también una femme fatale, ¿por qué? La razón es porque Julio Cortázar eligió cuidadosamente el epígrafe que inaugura su cuento, un epígrafe de un cuento con el que hasta cierto punto comparte estructuras y sobretodo de un cuento escrito por un poeta en manos de quien la figura de la femme fatale cobra sentido.
Finalmente es necesario mencionar que lo que ayuda a identificar los diferentes paratextos que llevan a los textos “complementarios” es lo que Pierre Brunel llama la ley de emersión, esta ley despierta con “la aparición de una palabra extranjera, de una presencia literaria o artística de un elemento mitológico”[14], es decir, en este caso: el título y el epígrafe dentro del cuento cortazariano. Sin embargo no siempre es sencillo identificar las relaciones que puede tener un texto con otro pues depende intrínsecamente del lector, ya que cada lector posee una competencia distinta y no todos prestan atención a lo mismo. Un lector competente, y por competente me refiero (en este caso particular) a que haya leído La Odisea, The Orchard – Pit y que tenga el conocimiento de que el cuento Circe fue escrito por Cortázar cuando éste sentía paranoia por todo aquello que comía, tendrá más fácil acceso a las relaciones transtextuales presentes empero, la competencia no excluye por completo a los otros lectores pues si prestamos atención, podemos ayudarnos muchas veces con los paratextos presentes alrededor de nuestro texto, recordemos que son señales específicas indicios para seguir que el autor ha puesto ahí para nosotros, lectores, no debemos olvidar que nada es gratuito en la literatura.
Regresando a las mujeres fatales: Circe, Delia y la sirena responden a este tema-personaje, las tres someten a sus víctimas a través de alimentos, Circe y Delia preparan brebajes mientras que la sirena se sirve de las manzanas que están a su alrededor; las tres también atraen a sus víctimas con la música y no debemos olvidar que las tres tienen un historial homicida. Por otro lado Mario, Odiseo y el hombre de la sirena son conocedores, incluso antes de ver a sus victimarias, del riesgo que corren al acercarse a ellas: a Mario le advierte su familia, a Odiseo tanto Euríloco como Hermes lo ponen al tanto respecto a la peligrosa Circe mientras que el hombre de la sirena se entera por un sueño y por los rumores alrededor del huerto. Estos tres personajes serán los únicos que sobrevivan a las trampas y encantos de las mujeres que intentan someterlos porque también son los únicos que logran gobernar sus pasiones.
Bibliografía
- Bornay, Erika, ¿Quién tema a la “femme fatale”? Génesis y desarrollo del mito en el siglo XIX, recuperado de http://www.mav.org.es/documentos/ensayos%20noviembre2011/Teatro%20Real%20mujer%20fatal.pdf, 2 de Diciembre de 2012
- Chardin Philippe, Temática comparatista en Compendio de literatura comparada. México: Siglo XXI Editores, 1994.
- Cortázar, Julio, Circe, en Breve antología de cuentos 1, Colombia: Sudamericana Joven Cuento, 1994, p.p 11-30.
- Homero, Odisea, Traducción de José Manuel Pabón, Barcelona (Biblioteca Clásica Gredos), 2007, RBA, p.p 177-196.
- Pierre Brunel, Yves Chevrel, El hecho comparatista en Compendio de literatura comparada. México: Siglo XXI Editores, 1994.
- Pimentel, Luz Aurora, “Tematología y transtextualidad”, en Nueva revista de Filología Hispánica, México, t.XLI, núm. 1, 1993
- Rossetti,Dante Gabriel, The Orchard-Pit, recuperado de http://www.rossettiarchive.org/docs/1-1886.1sted.vol1.rad.html#a.r.240, 27 de Noviembre de 2012
[1] Chardin, Philippe. Temática Comparatista, en: Brunel, Pierre. Compendio de Literatura Comparada. Madrid: Siglo XXI Editores, 1994
[2] Pimentel, Luz Aurora, “Tematología y transtextualidad”, en Nueva revista de Filología Hispánica, México, t.XLI, núm. 1, 1993
[3] Cfr. Chardin, Philippe. Ibidem p. 133.
[4] Pimentel, Luz Aurora, Ibidem p. 216.
[5] Pimente, Luz Aurora, ibidem, p. 218
[6] Un desmayo repentino sin razón aparente.
[7] Cortázar, Julio, Circe, en Breve antología de cuentos 1, Colombia: Sudamericana Joven Cuento, 1994, p.p 11-30.
[8] “Un beso obtuve de su boca mientras obtuve la manzana de su mano, pero mientras la mordía mi cerebro se revolvió y mis pies se vencieron: caí a través de las ramas enmarañadas bajo sus pies y vi los blancos rostros muertos darme la bienvenida al foso.” Julio, Cortázar, íbidem, p.11.
[9] Julio, Cortázar, Circe, en Breve antología de cuentos 1, Colombia: Sudamericana Joven Cuento, 1994, p.p 11-30.
[10] “Un tema personaje es una síntesis de diversos motivos y de temas-valor, ordenados e interrelacionados de tal manera que dibujen un perfil narrativo que le confie|ra identidad al tema” Luz Aurora, Pimentel, íbidem, p. 221.
[11] Erika, Bornay, ¿Quién tema a la “femme fatale”? Génesis y desarrollo del mito en el siglo XIX, recuperado de http://www.mav.org.es/documentos/ensayos%20noviembre2011/Teatro%20Real%20mujer%20fatal.pdf, 2 de Diciembre de 2012
[12] Cfr. Dante Gabriel, Rossetti, The Orchard-Pit, recuperado de http://www.rossettiarchive.org/docs/1-1886.1sted.vol1.rad.html#a.r.240, 27 de Noviembre de 2012
[13] Erika Bornay, íbidem, p.1 .
[14] Pierre Brunel, Yves Chevrel, El hecho comparatista en Compendio de literatura comparada. México: Siglo XXI Editores, 1994, p. 21.
Foto: Imagen de Anastacia Cooper en Pixabay
Ilse De La Rosa
Tiene 29 años. Nacida en Veracruz y crecida en el Estado de México, egresada de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas de la Fes Acatlán. Le encantó ser profesora de Español en Secundaria pero ahora coordina al mejor equipo de Lingüstas construyendo bots.
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1 thought on “ÓMICRON ACADEMICO: Hablemos de Mujeres Fatales, bombones, manzanas y ¿cerdos?”
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