
Por Patricia Enderica
Al hablar de mundos fantásticos, hablamos de mundos alternos. Pero es necesario que primero definamos el género. La ciencia ficción es a menudo confundida con la fantasía, en el sentido de que ambas presentan mundos irreales. Sin embargo, mientras la fantasía cuenta historias de magia y seres místicos con poderes asombrosos, la ciencia ficción apunta a descubrir un futuro lejano, siendo la imaginación, la llave maestra que abre las puertas a mundos desconocidos y nos invita a explorar sin restricciones. Pero, ¿qué tienen estos mundos que resultan tan atrapantes?
Será quizás la fascinación por lo desconocido, los increíbles avances tecnológicos, las criaturas extraordinarias, el romance, las aventuras, el misterio, la épica… O quizás, la libertad de adentrarse en mundos que no se rigen por las reglas de la realidad y que permiten dar rienda suelta a nuestros sueños y anhelos.
En la actualidad, la ciencia ficción vive momentos de verdadero esplendor. Cada vez es más frecuente encontrarse con nuevos autores que apuestan por este género y que dirigen sus obras no solo hacia los jóvenes y adultos, sino también hacia el público infantil. ¡Qué proeza!, ya que de por sí, escribir para niños implica un grado de dificultad mayor que al hacerlo para adultos. Para escribir literatura dirigida a niños, se necesita sentarse a pensar y repensar qué tipos de lenguajes textual y visual son los más adecuados para llegar a su percepción lectora, tratando de no caer en la simpleza. Y a eso, añadirle ciencia fantástica comprensible y divertida… ¡es para sacarse el sombrero!

Según Jacqueline Held (1936), «en este tipo de literatura se armoniza lo científico y lo fantástico como dos dimensiones de lo imaginario, considerando a la ciencia ficción infantil como un sueño de la imaginación a partir de la ciencia, que ayuda a desbloquear los clichés, el maniqueísmo y la justificación de la violencia en el cuento y la literatura infantil tradicional. Siendo la ciencia ficción, más enriquecedora al aportar conocimientos científicos, no mágicos, lejanos al animismo y antropomorfismo propios del cuento».
Sin embargo, la pregunta es: ¿cómo llegar a un niño con temas trascendentes como la tecnología futurista o el post apocalipsis? En eso consiste el reto. Acercar al niño a las ciencias a través de la ficción; mostrando un mundo lo bastante atractivo como para enamorarlo y conseguir que experimente vivir en él a través de la piel de los personajes. El éxito está en hacer que los niños se pongan del lado de la paradoja y puedan saltar de ella a la realidad y viceversa, de forma fácil y natural. Y para lograrlo, se debe aprovechar el “sentido de la maravilla” que los pequeños seres humanos aún poseen, y que empieza a desaparecer a medida que la adultez los invade.
Para crear un mundo fantástico, hay que tener presente que la ciencia ficción es la literatura que aborda la fascinación por lo extraño, por criaturas, razas y costumbres exóticas y especula acerca del comportamiento humano ante ello. De tal forma que el fin es mostrar al lector algo fascinante, asombroso y por supuesto, verosímil. Sin embargo, cabe recordar que estamos hablando de conocimiento científico y tecnológico. Ahora, con los niños no podemos arriesgarnos a crear un mundo en el cual la ciencia se aleje de la fantasía y se desvíe por el tecnicismo. El equilibrio es la clave.

Por lo tanto, cuando pensemos en ciencia ficción para niños, tomemos en cuenta que deberemos referimos al sub género Soft. En donde el rigor científico no es tan importante y, en ocasiones, solo se trata de fantasía; pero en donde las historias se centran en las consecuencias sociales de los avances tecnológicos. No así en el sub género Hard, donde los elementos científicos y técnicos se tratan con el máximo rigor y juegan un papel fundamental en la trama de la historia. Y que resulta perfecto para encasillarlo en una edad más adulta.
En cuanto al vocabulario y las palabras complicadas del argot científico, deberemos considerar que no todos los pequeños lectores tienen como prerrequisito para la lectura, conocimientos científicos básicos, y lo importante es no apabullarlos con un texto complicado que los termine aburriendo. Mientras que, si optamos por un lenguaje comprensible y animado, no solo que habremos atrapado a lectores de por vida, sino que también habremos sembrado el bichito de la curiosidad futurista.
Bibliografía:
Cano, Angel. Pérez, Cristina. (2003). Canon Literatura Infantil y Juvenil y otras literaturas. Ediciones de la Universidad de Castilla, Cuenca (España).
Nobile,Angelo. (2007). Literatura Infantil y Juvenil. Editorial La Escuola. Brescia (Italia).
Mendizábal, Iván. (2014). La literatura de Ciencia Ficción para niños. WordPress.com. Quito (Ecuador).
Fotos: https://pixabay.com

Patricia Enderica
Nació en Quito, en 1981. Es doctora en medicina, máster en seguridad y salud ocupacional, amante de la lectura y escritora de literatura infantil y juvenil.
Su escritura se inclina por el abordaje de temas poco comunes, matizados con pequeños toques de realismo mágico. Su estilo exclusivo, breve y conciso, atrapa y envuelve desde la primera línea. Historias asombrosas y personajes inolvidables que se fijarán para siempre en la memoria del lector; llevándolo a considerar que su opinión sobre el mundo no seguirá siendo la misma.
Algunos de sus relatos breves forman parte de libros publicados en España. En Ecuador ha publicado Como dos gotas de agua (Libresa, 2015), por recomendación del Jurado del Concurso Julio C. Coba, Libresa 2015, La mano prohibida y otros cuentos (El Ángel Editor, 2016) y Vaca Nieves (Chacana Editorial, 2017).
Enlace de su blog: https://lij-ecuatoriana.blogspot.com/
1 thought on “DISCUSION ÓMICRON: Ciencia fantástica y mundos alternos en la literatura infantil”
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