Teoría Ómicron

Revista de ciencia ficción y fantasía

HABLANDO CON OMICRONIANOS: Elsy Santillán y los fantasmas

Publicamos la entrevista a la escritora Elsy Santillán Flor realizada por Cristian Londoño Proaño, Director de nuestra revista.

Cristián Londoño Proaño

Fue hace 15 años que leí el relato “oscuridad”de Elsy Santillán Flor y quedé admirado de la manera en que la escritora me hacía sentir la historia de ese personaje que deambula por una ciudad casi fantasma. Luego tuvo la oportunidad de escribir, producir y dirigir la serie documental “La Belleza de Sentir” para el canal público ecuatoriano y decidí entrevistar a esta escritora cuya temática era la fantasía y el terror y descubrí a un gran ser humano y a una de las voces más originales e importantes del género del terror ecuatoriano. Hoy decidí, nuevamente dialogar con ella sobre los temas que interesan en Teoría Ómicron.

Gracias por aceptar la entrevista para Teoría Ómicron, ¿cuándo empieza tu pasión por el terror y lo fantástico?

Gracias a ti querido Cristian.

Empezó cuando tenía cinco o seis años, me hallaba jugando en la casa de mi madre, en el Centro histórico de Quito, y de pronto vi a una niña vestida de blanco que salió de una habitación saltando y pasó a otra, esta segunda habitación tenía un ventanal y mi vista fue hacia éste para verla de nuevo, pero la niña ya no asomó. Recuerdo que llamé a mi madre María Elena que estaba muy cerca, e indignada le reclamé el porqué esa niña si podía saltar allí, mientras que a mí me prohibían hacerlo.  El rostro de mi madrese puso serio, y enseguida empezó a recorrer con la señora que trabajaba en la casa, por todas las habitaciones y aquella niña no apareció jamás.  Años después, un tío muy querido José Joaquín Flor Vásconez, me obsequió una Antología de terror y suspenso, empecé a leerla y me encantaron los fantasmas que en ella estaban, ahí comprendí que había visto a uno, pregunté a mi madre si esto era así y ella me respondió que los fantasmas no existen, pero volví a enojarme y dije que sería amiga de ellos, porque sí existen. Han pasado tantos años de ese suceso y a modo de hilaridad siempre digo que nací en una casa que tenía fantasma incluido. En realidad, nunca más he visto a otro fantasma, pero me quedó este recuerdo demasiado vívido en la memoria.

¿Cuáles son los autores de terror y lo fantástico que motivaron tu escritura de relatos?

 En realidad, han sido muchos. Vernon Lee,Conrand Aiken, Edward Frederic Benson, Vincent O Sullivan, lord Dunsany, Charlotte Perkins Gilman, Edgar Allan Poe, Ambrose Bierce, Guy de Maupassant, Ray Bradbury, Lope de Vega, Daniel De Foe, Agustín Pérez Zaragoza, Joseph Le Fanúm Margaret Oliphant, Bram Stoker, Algernon Blackwood, Wenceslao Fernández Flores, Noél Clarasó, Howard Phillips Lovecraff, entre otros.  

En la literatura ecuatoriana hay algunos autores de lo fantástico, pero muy poco de terror, donde han aparecido autores importantes, por ejemplo Abdón Ubidia, ¿en qué medida estos autores influyeron en tu obra?

 Ningún autor ecuatoriano de literatura fantástica fue objeto de mis lecturas y la razón es simple:  no quería, tampoco quiero, ni querré tener influencia alguna de nadie. Prefiero quedarme con mi estilo que lo siento propio y único. 

A la hora de escribir las historias de terror y lo fantástico,  ¿cuál es tu proceso de escritura?

 Siempre digo que tengo dos técnicas o formas para escribir.

La primera, es cuando tengo la historia resumida en mi cabeza, es algo que llega así, de repente, de improviso, me la sé de memoria y la plasmo en la hoja sin mayor problema. La segunda, cuando dejo vagar al inconsciente, es cuando no tengo idea de lo que voy a contar.  Empiezo a escribir algo y dejo que mi mente vuele.  Esta forma me gusta mucho porque es como que me voy contando la historia a mi misma y no tengo idea de lo que va a pasar, ni como termine. 

En varias de tus historias hay una mezcla de fantasía, terror y filosofía, ¿cuál es tu intención? 

Pensaría que la intención única es sacar lo que molesta y ha estado oculto en la memoria por años, lo que pienso debería ser conocido. 

Hace algunos años escribí en dos o tres líneassobre recuerdos de cosas que habían sucedidoaños antes de mi nacimiento, o me sucedieron, o escuché contarlas a variedad de personas. Recuerdo que llegué a cincuenta y tres acontecimientos. Entonces tomé indistintamente unos y otros, el resultado fue un libro publicado en 2017 en Lima, llamado Algaradas, en donde constan nueve cuentos llenos de historias de suspenso, salpicadas con un poco de intriga y quizá de miedo.  Me divertí mucho escribiéndolo, aunque también pensé que podría molestar a algunas personas descendientes de algunos protagonistas, felizmente nadie lo hizo. 

Como un ejemplo de lo que digo es un cuento llamado Figuraciones que a mi criterio es de terror.  En él confluyen dos historias, una amiga que frecuentaba nuestra casa tuvo una pesadilladonde abría una ventana y miraba hacia la calle, donde estaban tendidos varios cuerpos humanos destrozados; y la segunda fue que una ocasión timbraron a la puerta de la casa, era un hombre que vendía un libro, decía ser poeta y autor de aquel libro que era de color salmón con letras verdes.  Recuerdo que mi madre no compró el libro, porque al leer un par de poemas no encajaron en su gusto, pues a ella le gustaban los poemas de Remigio Crespo Toral, Gonzalo Zaldumbide, Generación decapitada y Jorge Carrera Andrade. 

En tu libro Los miedos juntos, planteas varias historias que navega entre el terror y lo fantástico, ¿cuál es tu intención final? Explícanos tu respuesta.

Los miedos juntos, apareció en 2010, conta de 145 cuentos y es la “reunión de reuniones” como diría la gran crítica literaria uruguaya, ya fallecida Gloria Da Cuhna.  Son seis libros que los había publicado años atrás y que pensé merecían una segunda edición juntándolos en un solo libro.  Yo pensaría que de los tantos cuentos unos cuántos podrían ser de miedo o de suspenso. Al resto los considero como realidades dentro de una sociedad que empezaba a perder valores.  

En tu novela “Fantasmagórica aventura del Grupo 21” planteas el terror a lo incierto, a lo desconcertante, a casa abandonada que trae sorpresas. ¿Cuál fue tu experiencia al escribir la historia? ¿En esta historia gustas generar miedo en el lector?

Inicialmente la novela fue pensada para público joven. 

De la Cuesta editores la publicó en 2021 y la intencionalidad fue contar como era un poco la juventud de los años setenta, me refiero a esa juventud que estudiaba en colegios religiosos y tenía una vida un tanto apacible, así como recrear los espacios de amistad que pueden durar toda la vida.  

En Quito había casas abandonadas, que en sus buenas épocas debieron ser muy bellas. Cuando me topé con una de esas, propuse a un grupo de amigas entrar y ver qué pasaba, por aquella época nos llamábamos Grupo 21, pues éramos siete y cada una valía por tres, recuerdo que nadie quiso hacer esa barbaridad, y yo no tuve más remedio que olvidarme del asunto.  Así mismo, con este grupo de amigas teníamos la idea de formar una banda de pop, idea que nunca se concretó. 

Como en la literatura puedes hacer que todo suceda, el día anterior al encierro por el COVID 19 (que ya era terrorífico) puse el título de la novela, al día siguiente la empecé a trabajar y no paré durante un mes. Así mismo fue tan divertido escribirla pues me sabía de memoria el argumento. 

Cuando llegué a la segunda parte que es donde las amigas entran a la casa abandonada, la intenté suavizar, porque era para público joven.  En realidad, ignoro si esta parte de la novela produce miedo o suspenso en personas mayores de dieciséis años, pero en gente joven si lo produce, me lo han dicho en conversatorios realizados en colegios.

Mientras la escribía a mí me procuró susto, quizá un susto moderado, porque si comparo con el terror que me produjo escribir Espacios de pesadilla, (Editorial El Ángel, colección Ángel eléctrico, 2021) que contiene siete cuentos de terror, puedo afirmar que obtuve un miedo oscuro, gélido y siniestro durante el mes y medio que duró su escritura.  

Desde tu experiencia y perspectiva, ¿cuál es la función de la literatura de terror y fantástica, considerando que son géneros populares?  

 Es sabido que las historias de terror están presentes desde los primeros tiempos de la humanidad. El sentir miedo es a la vez terrible y maravilloso. Creo que nuestras infancias, adolescencias y vida adulta de vez en cuandoestaban matizadas por conversaciones entre familiares y amigos sobre sucesos sobrenaturales y de terror. Que alce la mano quién no vio una película de miedo alguna vez en su vida. Si no hemos visto fantasmas, hemos escuchado pasos extraños, puertas que se abren y cierran o sombras que nos parecen reales.  Entonces, el conversar, ver o leer sobre el terror es demasiado popular.  A todos nos gusta sentir ese piquete oscuro, esa sensación de que el corazón late más aprisa, o simplemente pensar que nos sumergimos en un terror que no es tan real, que podría ser de ficción, que solo es producto de la imaginación.  

Lo que viene detrás de un par de horas de miedo, de pavor, luego de una lectura, de mirar una película o de conversar irremediablemente vamos a nuestras propias realidades, donde escuchamos y vemos a diario crímenes, descuartizamientos, secuestros, violaciones, guerras, corrupción en todo nivel, etc, etc.

Cuando a mi me pasa -y es a diario- prefiero escribir sobre terrores que son imaginarios, antes que soportar la realidad doliente en nuestra sociedad, país y mundo.

En la Latinoamérica, ¿consideras que el terror es un camino válido para retratarmuestra contemporaneidad?

Así es, todos los días somos víctimas o sabemos de asaltos, extorciones, asesinatos, sicariatos, en medio de altos porcentajes de desempleo, violencia intrafamiliar.  La situación de pobreza extrema, desnutrición infantil, migración, persecuciones, son el caldo de cultivo para las escenas de terror en nuestros países.  De allí que en Latinoamérica hay un material abundante para la literatura de terror. Sin embargo, pocos autores tratan esta temática en la literatura.

Si lograsen fijar su mirada poética o narrativa de estos casos, y si tuviéramos Organismos culturales adecuados, la literatura ayudaría a generar un mejor ambiente de control y enfrentamiento de estas realidades, ayudando a crear un clima con un poco más de paz y concordia en la población en general.

FOTO: PROPIEDAD DE REDA+

Cristián Londoño Proaño

Quito, 1973. Escritor, guionista, productor y realizador audiovisual, y editor y director de la revista digital “Teoría Ómicron”. Inventó y desarrolló el concepto de la novela de fantasía andina. Sus artículos se han publicado en varias revistas digitales y sitios web de México, España, Argentina, Chile y Ecuador. Publicó el libro de no ficción “Entre la ciencia ficción y la fantasía” (2020). Publicó las novelas “Noches oscuras, bocas grandes” (2021); “Misión Antares” (2019), “El retorno de La Luz” (2018); Doce Horas” (2016), ”Underbreak” (2015), “El Tiempo Muerto” (2015), “Los Improductivos” (2014) y “El Instinto de la Luz” (2011). Publicó los poemarios: “Desojare” y “Luna de Solitarios”. Obtuvo los premios: I Bienal de Joven Poesía Ecuatoriana Jorge Carrera Andrade, el primer premio del V Festival al aire libre del Municipio de Guayaquil y una beca del fondo de fomento a la producción artística del Ministerio de Cultura del Ecuador. Escribió y dirigió las obras de teatro: “Amantes azules” y “Los Cirios Negros”. Escribió, dirigió y produjo varios documentales y series documentales como: “Jorge Enrique Adoum: el poeta desenterrado”, “La Belleza de Sentir” , “Arte de Sentir” y “Literamanía”. En el 2019, ganó la convocatoria de script doctors del Instituto de Cine y Creación Audiovisual. En 2020 ganó la convocatoria emergente del IFFIC 2020. 

Web site oficial: https://www.cristianlondonoproano.com

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