Por Cristián Londoño Proaño.
«Seguro que la droga estaba contaminada», esta es la primera frase de la novela corta «Trinidad» de Jorge Baradit.
Precisamente, en esta novela corta, un thriller ciberpunk, esotérico, religioso y tecnológico, me permitió acercarme a la obra de este escritor chileno. Lo leí y lo disfruté, incluso me quedé con ganas de conversar con Mariana, la asesina profesional de su novela «Trinidad».
En mis posteriores viajes a Chile, conocí más de la obra de Baradit tanto de ficción como de no ficción. En la ficción nos ha entregado obras como «Ygdrasil», «Synco», «Kalfukura», «Lluscuma», «Policía de Karma», «La guerra interior». Y en la no-ficción nos ha entregado obras como Historia secreta de Chile 1, 2 y 3.
Desde cuando empecé a leer «Trinidad» hasta sus posteriores obras, tuvo una serie de dudas que crecieron en el tiempo. Me puse en contacto con Jorge Baradit y le planteé mi «cargamento» de dudas y entablamos un diálogo ameno, abierto y sincero.
Conozco tu obra de ciencia ficción desde hace muchos años. La primera obra que leí fue la novela corta “Trinidad” que ganó el prestigioso premio UPC 2006, es una obra de“ciberchamanismo”. ¿Cuáles son los elementos que componen este propuesta literaria?
Ese nombre lo fabricó un amigo en la búsqueda de definición para lo que yo escribía. No me acomoda tanto porque intenta meter en el zapato chino del prefijo “ciber” algo que para mi es harto más complejo.
La idea detrás era no intentar escribir ciencia ficción ni nada en clave de género, sino hacer colisionar los mundos que componen la identidad latinoamericana, a través de la relación de las comunidades de nuestro continente con el conocimiento, la tecnología, la religión y la esquizofrenia permanente entre nuestros colonos y nuestros pueblos originarios. De qué manera se pueden cruzar en una mente con la intención de producir un constructo literario fantástico estos vectores? Estos relatos son mi primera respuesta.
Somos un continente work in progress que aún no sintetiza del todo su combinatoria, choca tecnología de punta con usos ancestrales, visiones aborígenes con religiones europeas, ideologías obsoletas con innovaciones sociales, tierra de experimentos abandonados y aparatos descontinuados. Somos acumulación integrada de maneras monstruosas. La ilusión de Europa o la ilusión de USA (que ya es una ilusión de por si). Los mismos arquetipos que definen nuestros mitos originales estructuran liderazgos políticos, guerrillas revolucionarias o imperios narco, cruzados de referencias cristianas y paganas, ayahuasca y señales satelitales.
Tu novela Ygdrasil es otra novela que se inscribe dentro del “ciberchasmismo”. En esta novela volvemos a encontrarnos con Mariana, la misma protagonista de Trinidad. ¿Cuál es la relación entre sus novelas? ¿Trinidad es la precuela de Ygdrasil?
Estoy buscando algo, de manera que las respuestas surgen a medida que escribo. Las historias son cerradas pero las preguntas, los ensayos y los fantasmas se capilarizan de texto en texto. No tengo problema en hacer aparecer personajes que aún tienen algo que decir en otros libros. Me siento más cercano al artista visual que al novelista tradicional, la búsqueda permite iterar, insistir, escarbar en el mismo sitio arqueológico mental.
Abordemos otra de tus novelas, es la novela “Synco”. En esta historia se presenta una realidad alterna de un hecho histórico como fue el golpe militar chileno de 1973 y hace algunas suposiciones. ¿Cuál era tu intención artística en esta historia? ¿Hay algún “guiño de ojo” a la obra “El Hombre en el Castillo” de Philip Dick ?
Nunca he leído a Philip K. Dick. La verdad es que leo muy poca ciencia ficción. Me alimento de mitologías comparadas, hagiografías, libros de antropología, sicología, historia y mucha basura esotérica. Novelas raras y literatura fantástica de cierto corte new weird. Desde Los cantos de Maldoror, Borges, hasta Lem o Mieville. Mi ethos es más cercano a las vanguardias artísticas de principios del siglo XX o a los poetas dementes, el punk o la ética del alucinógeno. Por supuesto que conozco “El Hombre en el castillo”, conocía su premisa y en la novela hay un guiño pequeño. La novela nace de una necesidad, de una nostalgia y la libertad del escritor. Cybersyn, SYNCO, estuvo lista para operar a un mes del golpe de Pinochet, entonces, mi libertad me permitía inventar un mundo donde el proyecto continuó, solo por el deseo de verlo operando. Luego el inconsciente hace una mala jugada y me empuja a concluir que habría ocurrido lo mismo. Como un historiador en LSD que ve la realidad a través de un espejo quebrado. Un universo dislocado gritando incoherencias desde el centro de su hecho histórico más relevante.
Las tres novelas Ygdrasil, Trinidad y Synco son novelas que insertan en el cyberpunk, y además el registro narrativo de las tres novelas me deja una sensación “transmedia”. Es decir, son novelas que tienen un mundo narrativo más amplio que el presentado en ellas. ¿Qué opinas de este comentario?
Se suma la novela gráfica POLICÍA DEL KARMA. Si, son transmedia. Hay mucho material desarrollado en la manera de videos, clips, soundtracks, ilustraciones, spin offs, juegos y comunidades. Son todos materiales que aumentan la experiencia, son autoconclusivos, opcionales, pero complementarios. Me siento incómodo atrapado entre dos tapas de un libro. El narrador explota todas las plataformas para que su historia alcance toda su magnitud.
En los escritores suele ocurre que las situaciones externas con las que fueron concebidos los libros tienen anécdotas interesantes. ¿Recuerdas lo que te motivó escribir Trinidad, Ygdrasil o Synco?
Ygdrasil y Trinidad nacen de lo mismo. En 1998 estaba en México y vi a un chamán huichol sentado en el suelo del zócalo con su copa de copal humeante. Hacia él caminaba un ejecutivo mestizo de terno y corbata. Mientras los observaba, pensaba –increíble cómo estos dos personajes de tiempos diferentes se cruzan como barcos en la niebla, sin tocarse–. Dicho esto, el ejecutivo se planta frente al chamán, deja su enorme laptop de la época en el suelo y adopta una posición como de ofrecerse al cielo. El huichol gira a su alrededor sumándolo con el copón. Luego rezan tomados de las manos, el ejecutivo le paga, toma su laptop y se va… Mi cabeza explotó.
Tu último libro de relatos es “La Guerra Interior”, en donde presentas varias temáticas, entre ellas, la inteligencia artificial. ¿Cómo surgió el libro? ¿Esas preocupación han sido parte de tu vida? ¿El tiempo es lo que liga a tus relatos?
El libro trata más bien de la memoria. Cómo un recuerdo es algo que no sabemos si lo experimentamos, lo escuchamos, lo leímos o todos a la vez. La plasticidad de la memoria y la historia, sus falsarios y defensores. La posibilidad de desaparecer si desaparece una letra, por decisión política o tecnológica. La inteligencia artificial como el fin de la creación colectiva aleatoria de un mito. El momento en que las IA se comuniquen entre si y no entendamos de qué están hablando. En el fondo, del fin de la humanidad a la manera de un olvido.
Hablemos sobre sus referentes en el campo de la ciencia ficción, ¿cuáles son tus referentes?
Borges y Swedenborg. Me gustan Van der Meer y Mieville.
La ciencia ficción en América Latina ha crecido en los últimos años.¿Crees que la ciencia ficción es válida para nuestros países latinoamericanos?
Absolutamente, pero en la medida en que encuentre sus propias preguntas y maneras. La experimentación y la valentía, perderse en las selvas semánticas de esta olla en ebullición que es América latina. Mezclar, juntar, atreverse a perderse. Dejar de tener modelos europeos o gringos para escribir. Lo nuevo solo se produce en el pánico de estar perdidos en un lugar nuevo, sin saber si se está en lo correcto o en el peor de los pantanos. Irse a lo seguro es estar muerto de antemano.
Me despido de Jorge Baradit con la sensación sideral de haber conversado con un creador potente.
Lo considero un referente actual en la ciencia ficción latinoamericana, por su forma de narrar y la potencia de sus historias, donde aborda los elementos tecnológicos que invaden las sociedades y la cambian de un modo abismal. En las historias de Baradit, los humanos se desnaturalizan y su grado de cosficación es extremo. Quizás es una manera de interpelarnos como la tecnología ocupa cada vez más espacios, el capitalismo nos manipula como piezas y lo humano se queda en una esquina de la sociedad.
Como manda uno de los enunciados de la Teoría Ómicron, Baradit es un importante cronista de los mundos omicronianos.
Fotos: Jorge Baradit, Loqueleo, Ediciones B, Nova ediciones, Editorial Alfaguara
Cristián Londoño Proaño
Quito, 1973. Escritor, guionista, productor y realizador audiovisual, y editor y director de la revista digital “Teoría Ómicron”. Inventó y desarrolló el concepto de la novela de fantasía andina. Publicó las novelas “Doce Horas” (2016), ”Underbreak” (2015), “El Tiempo Muerto” (2015), “Los Improductivos” (2014) y “El Instinto de la Luz” (2011). Publicó los poemarios: “Desojare” y “Luna de Solitarios”. Obtuvo los premios: I Bienal de Joven Poesía Ecuatoriana Jorge Carrera Andrade, el primer premio del V Festival al aire libre del Municipio de Guayaquil y una beca del fondo de fomento a la producción artística del Ministerio de Cultura del Ecuador. Escribió y dirigió las obras de teatro: “Amantes azules” y “Los Cirios Negros”. Escribió, dirigió y produjo varios documentales y series documentales como: “Jorge Enrique Adoum: el poeta desenterrado”, “La Belleza de Sentir” , “Arte de Sentir” y “Literamanía”. Sus producciones retratan a los actores del acontecer literario y cultural ecuatoriano de finales del siglo XX e inicio del XXI y reúnen aproximadamente a 66 documentales.
Web oficial
www.cristianlondonoproano.com
2 thoughts on “HABLANDO CON OMICRONIANOS: Los multiversos de Jorge Baradit”
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