Teoría Ómicron

Revista de ciencia ficción y fantasía

CRONISTAS ÓMICRON: Exomigración

En Cronistas Ómicron, Ajedsus Balcázar Padilla nos trae su relato “Exomigración”.

Ajedsus Balcázar Padilla

Las indicaciones eran simples. Se tenía que evacuar al planeta Tierra lo antes posible.


Los sismos se habían intensificado en los últimos días y tal parecía que seríamos sepultados por nuestras construcciones.

Tras décadas de utilizar la energía contenida en el núcleo interno del planeta; para obtener potentes células de energía y generadoras termoeléctricas, ahora todo aquel abuso en su material altamente conductor nos empezaba a cobrar factura.


El material del núcleo externo se había desgastado con el tiempo. La constante succión del níquel y hierro líquido que lo componían, ayudaron en gran manera para la construcción de las enormes aeronaves interestelares que podían llevarnos a las comunidades en la Luna, Marte y al  satélite Titán en Saturno. Pero la producción industrial fue demasiado errática en la utilización del poderoso material del subsuelo. Todo aquello desencadenó problemas con el campo magnético del planeta y sobre todo al movimiento tectónico de placas.

Cientos de ciudades habían sido devastadas por los terribles terremotos y tsunamis. Si bien existían búnkeres y la opción de evacuación a las grandes ciudades voladoras, pronto aquello ya no sería posible, la total fragmentación continental avanzaba inclemente.

Inició la evacuación. Todos debían acudir a la central aeroespacial más cercana para tomar el cohete de expulsión. Si bien aún quedaban pocas estaciones en pie,la humanidad buscaba un pequeño consuelo al salir al espacio exterior, encontrar un poco de cobijo en las comunidades espaciales.

Mucha gente se aferraba para quedarse a morir en su tierra. Estarían hasta el final en su tierno hogar que le dio el valioso sustento durante largos milenios.

Los androides ayudaban para que fueran evacuadas las ciudades. En caso crítico se sacrificaban si alguna construcción amenazara con caer sobre algún ciudadano.

La migración humano y máquina sería necesaria. Haría falta mucha ayuda ,para salir adelante en aquel escenario tan caótico.

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>>>>Tras la evacuación…

Fuimos recibidos de grata manera en las comunidades en Titán, la admirable luna de Saturno.

Dentro de las enormes cúpulas geoestacionarias se podía respirar con naturalidad. Aunque fuese un oxígeno artificial, afuera en la atmósfera titánica, el aire era demasiado denso; con oxígeno, pero con una proporción tóxica.

Las gigantescas naves arcas se anclaron en las sofisticadas plataformas de la Federación. Los cientos de años de avance tecnológico nos había proporcionado la oportunidad de salir más allá del pequeño punto azul pálido que poco a poco se desvanecía en un caos insostenible.

Muchas aeronaves se dirigieron a las bases en la Luna y Marte. En aquel instante la masa crítica de población que había salido evacuada del planeta Tierra, era mucho mayor que la capacidad de las comunidades cercanas. Algunos, como nosotros, aterrizamos en las plataformas de Titán, mientras otras naves aún navegaban a la deriva espacial, esperando inclemente su turno de arribar en alguna comunidad.

Mucha gente lloraba al salir de las arcas, algunos tal vez por alegría de encontrar un poco de consuelo en esta nueva roca planetaria, pero otros más, se lamentaban al recordar los familiares perdidos en la caótica Tierra. Demasiadas ciudades se habían desplomado antes de dar oportunidad a la población de acudir a sus cohetes de escape. En variados casos, familias se habían separado, posiblemente muchos se encontrarían luchando para sobrevivir en la desastrosa superficie terrestre, tal vez buscando una alternativa de hallar alguna plataforma de evacuación aún activa en otra metrópolis.

La comunicación con muchos puntos en la Tierra se habían perdido en lo que pasó el tiempo. En el mejor de los casos, integrantes de varias familias aún podían comunicarse con sus parientes que milagrosamente habían hallado lugar en alguna comunidad local. La ahora plataforma Titánica, representaba una de las más avanzadas ciudades espaciales en el sistema, las cuales eran denominadas 《Comunidades Extralocales》 mientras, más lejos de acá, se escuchaban de portentosas 《Comunidades Exoplanetarias》; metrópolis espaciales a decenas de años luz, ahí suspirantes en Exoplanetas habitables.

Se hablaba mucho dentro de la ciudad, sobre las salvajes formas de vida que vivían en los ecosistemas de Titán. Muchos comentaban de gigantes fieras que habían agarrado gusto por la carne humana. Cientos de exploradores se habían perdido en las densas junglas de Titán, algunos androides de soporte lograban regresar de las expediciones, cargando información de las amenazas que yacían a kilómetros más lejos de la Cúpula comunitaria. Si bien existían varias comunidades dispersas en la luna, muchas de ellas contaban sus leyendas, las especulaciones de los peligros que se ocultaban en su superficie.

En ocasiones miraba con odio a aquellas descomunales aeronaves que brillaban intensamente a los primeros destello del frío sol. Todas esas máquinas habían nacido del propio magma interno del planeta Tierra, todas poseían esa sangre terráquea llena de hierro y minerales. Aunque mi rencor a la humanidad se aplacaba al conocer mi estado de supervivencia, muchas vidas humanas se habían perdido tras la ambición del hombre para surcar el espacio sobre naves más y más grandes.

Los servicios dentro de la comunidad eran agradables. Temperatura ambiente, servicio de asistencia por novedosos robots, agua abundante de los manantiales de la luna y afrodisíacas frutas cultivadas en Titán. Aunque sabía que el cielo azul era sintético y creada por los paneles de la cúpula, el confort era evidente. Los pocos seres humanos que habían sobrevivido, lograrían disfrutar de tan orgulloso tesoro.

Para pasar el rato, servía de voluntario en la aeronave arca Eukarys, dentro de ella, muchos animales habían sido traídos a la comunidad. Se pensaba que tal vez con sofisticadas modificaciones genéticas, estos podrían respirar la atmósfera de Titán algún día, posiblemente un ser humano más transgénico en el futuro más cercano. Si bien las prótesis sintéticas eran comunes en gran parte de la población, ahora sería necesario para adaptarse a la nueva era.

FOTO: Pixabay

Ajedsus Balcázar Padilla

Es un escritor Mexicano de Ciencia Ficción,  Terror y Poesía. Nació el 29 de Octubre de 1993 en Chiapas y vive actualmente en San Cristóbal de las Casas. Maneja la revista de literatura independiente «El Axioma» y ha publicado en varias plataformas digitales como; Sexta Formula, Espejo Humeante, Teresa Magazine, Polisemia Revista, Fanzine Letras Públicas, Teoría Omicron y Revista Letras y Demonios. Forma parte de la antología “Solar Flare – OVNI” de Editorial Solaris (2020). Entre sus aficiones entra en especular sobre posibles realidades, imaginar en mundos fantásticos y caóticos. Publica sus trabajos regularmente en su blog “El Axioma (Ajedsus)” https://elaxiomablog.wordpress.com/.

Redes sociales: Facebook: Ajedsus  

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