Teoría Ómicron

Revista de ciencia ficción y fantasía

REPORTE ÓMICRON: Literatura fantástica en Manabí.

Sandra Chávez nos trae un análisis del libro «Leyendas de un fauno» de Carlos Coello García, la reciente novedad literaria de editorial Tinta Ácida.

Por Sandra Chávez Montalbán

La fantasía es perfectamente respetable. Es más: la mayoría de las obras maestras de la literatura podrían considerarse fantasía o tienen algo fantástico. (…) La gente habla de “literatura respetable”, pero no hay razón para tal distinción. Yo quiero todo lo que pueda caber en una novela, desde la belleza del lenguaje al
 misterio, pasando por unos personajes poderosos y una buena historia.

Patrick Rothfuss

La literatura fantástica, desde su génesis, ha marcado la historia de las letras de forma extraordinaria. Dioses, héroes, seres y escenarios fastuosos caracterizan a la literatura grecolatina, exponiendo de esa manera el ingenio de los poetas y escritores de la época, además de la gran imaginación que poseían y que por medio de la inventiva crearon grandes historias, en las cuales logran fusionar la humanidad con la divinidad. Homero con “La Ilíada” y “La Odisea”, y Virgilio con “La Eneida” consagraron las letras griegas y romanas, respectivamente, consolidándose como los pioneros y máximos exponentes de la literatura fantástica, sus libros son catalogados obras maestras de la literatura universal, en donde la mitología era el centro de atención.

Es importante precisar que con el paso del tiempo esta literatura presenta cambios en personajes, escenarios y temática, reemplazando a las divinidades de las obras pioneras por la religiosidad cristiana, muestra de ello es la obra “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, representante de la literatura italiana, de esta manera la fantasía se involucra con otros géneros literarios, y aunque para muchos pasó desapercibida por siglos, fue su fusión que la mantuvo en bajo perfil; esta resurge en el siglo XIX gracias a la necesidad que se tenía de “volver a soñar despiertos”, es decir, el retorno de la imaginación, ya que debido a los avances científicos, los llamados “inventos”, la humanidad había descuidado lo literario. Obras como “Frankenstein”, “Alicia en el país de las maravillas”, “Alicia a través del espejo”, “Drácula” y “Metamorfosis” surgen de esta mezcla de la fantasía con géneros como el Romanticismo y el Surrealismo. Julio Verne con “Veinte mil leguas de viaje submarino” y “De la tierra a la luna”, hizo fantasear a los lectores, es así que se daba el retorno de este tipo de literatura, pero con el nombre de ciencia ficción. En el siglo XX, Tolkien con “Hobbit” y “El señor de los anillos”, Lewis con “Las crónicas de Narnia” y Rowling con “Harry Potter”, pudieron captar el interés lector de jóvenes y adultos, en ellas, se continúa el uso de la fantasía con otros cambios: elfos, enanos, dragones, brujas, hechizos, batallas, reinados, castillos, doncellas, los caracteriza.

Con la revolución tecnológica que se vive en este tiempo, es necesario que resurja la literatura fantástica, que nos invite a soñar, a imaginar. Este tipo de literatura nos hace ver más allá de la realidad, es necesario arrojarnos en el gran mar de la imaginación, como expresaba Cortázar: “Lo fantástico rompe la costra de la apariencia… algo nos agarra por los hombros para arrojarnos fuera de nosotros mismos”. 

Leyendas de un Fauno, Carlos Coello García

Jorge Luis Borges afirma que los latinoamericanos pueden “manejar todos los temas europeos, manejarlos sin supersticiones, con una irreverencia que puede tener y ya tiene, consecuencias afortunadas”. La literatura manabita es muy diversa, presenta varios géneros y matices literarios, Carlos Coello con “Leyendas de un fauno” (Tinta Ácida, 2018) explora una de las formas literarias más remotas, la mítica, de esta manera se introduce en la literatura fantástica, que en las letras manabitas ha sido casi nula su incursión. Esta novela es el primer libro de la trilogía “Leyendas de un fauno”, tiene por nombre La rebelión de Drákon. Carlos Coello apuesta por el retorno de lo antiguo, de lo fantasioso, de lo romántico y mitológico. Fauno, princesa, reyes, dioses, dragones, gladiadores, bestias, seres híbridos, brujas y varios seres mitológicos son el arsenal de personajes que utiliza el autor en la puesta en escena, sin faltar la magia, poderes y hechizos como los ingredientes perfectos para que la fantasía llegue a su máximo esplendor. “Leyendas de un fauno” es una obra en donde la narrativa invita a sumergirnos en un mundo fantástico, en el cual el personaje principal debe combatir contra el mal, pasando por hechizos, magia y transformaciones para rescatar a su dama, a su amada. Coello nos presenta una novela dividida en partes, en donde cada una es una leyenda diferente, una nueva batalla, con nuevos contrincantes y dioses dispuestos a solventar las necesidades del fauno. Además, en el relato se percibe la batalla entre el bien y el mal, los dioses del cielo y de la tierra nombran a Fatuo, el fauno, “el elegido”, quien es el encargado de vencer al dios del inframundo, Drákon. El fauno es el personaje y narrador, es quien cuenta cada una de sus batallas, de esta manera el autor usa el recurso de la descripción logrando representar con tanta precisión a los personajes que se van presentando y los escenarios por los que va avanzando el héroe, invitando al lector a imaginar cada situación, cada personaje, cada escena. Otro recurso que utiliza el autor es el flashback o analepsis, es decir, la escena retrospectiva, logrando curiosidad e interés en el lector al insertarlo en una lectura cíclica, su final deja una sensación esperanzadora de leer una nueva aventura, es así que, como lectora, quedo a la espera de la continuidad de la saga.

Foto: Editorial Tinta Ácida

Sandra Chávez Montalván.

Manta, Ecuador, 1987. Licenciada en Ciencias de la Educación, mención Lengua y Literatura. Ha escrito el ensayo académico “Alexis Cuzme, La ruina del vientre sacudido, poesía que nace de los escombros de la tragedia del 16 A, dejando una nueva réplica literaria en Manabí y Ecuador” (2018), trabajo realizado para obtener su licenciatura en la Universidad Técnica Particular de Loja, el mismo que le ha abierto las puertas al análisis y crítica literaria.