Por Javier Maldonado
La nave JM-24 atravesaba el cuadrante Alpha 72, su campo reflector evitaba ser detectado por los radares de alguna flota enemiga, ya que invadía zona neutral dentro de las áreas no conquistadas en el universo. El capitán Hart Folk sabía la importancia de esta misión, por ello contemplaba las estrellas con un aire de orgullo, como autoproclamándose dueño de la galaxia.
Mientras timbraba el tono intermitente del radar, un tripulante informaba la aproximación de la nave a las coordenadas establecidas. En el otro extremo, los demás coordinadores ocultaban su tensión, cualquier error significaría un fracaso para las Fuerzas Éxodo, y se pagaría con las vidas de todos los que abordaron a JM-24.
Nos estamos acercando, capitán, las ultra turbinas empiezan a sentir la tracción.
Preparen los ajustes, soltó de golpe Hart Folk, después sonrió y advirtió: nos acercaremos tanto como podamos.
El asistente en jefe, Rod Gerdison, aceptó e hizo una mueca de disgusto. Junto con la mayoría de compañeros, estaba preocupado por el resultado de la misión: un viaje secreto en una zona que las fuerzas Éxodo no tenían permitido pilotear puesto que estaba supervisado continuamente por la Dinastía RAZ, el grupo enemigo que podría aparecer con cualquier arma destructiva para acabar con ellos y reducirlos a polvo microscópico.
Hart Folk tenía la solución para inclinar la guerra a favor de Éxodo. El capitán permanecía impertérrito mientras contemplaba el campo estelar, imaginaba cómo su nuevo descubrimiento daría fin a tantos años de disputa con la Dinastía RAZ; proyectaba en su mente aquellos triunfos, escenarios donde los políticos y dirigentes se rendían ante el invento más poderoso y ambicioso en la era extrasolar.
Capitán, estamos llegando, interrumpió Gerdison.
Activen el nuevo campo magnético, ajusten la fuerza de las ultra turbinas e inicien la carga de Halvac.
Se dio la instrucción y todos comenzaron a moverse de un lado a otro. Al instante, sonó una alarma que desató el suspenso. A la espera de órdenes, los tripulantes de JM-24 fijaron una postura de absoluta concentración, todo se llevó a cabo como una danza; Hart Folk se dirigió al panel principal y Rod Gerdison detrás de él.
Inicien el ajuste de las ultra turbinas, dictó Folk.
Las turbinas de JM-24 abandonaron la potencia para desplazarse a mil parsecs por hora a cambio de mantener una resistencia gravitacional, seguidamente apagaron el campo magnético reflector, ahora eran reconocibles en caso de ser detectados por un radar, pero en su lugar, se rodeó de un escudo anti materia que elevaba la fuerza de su órbita. Folk estaba seguro que ninguna nave enemiga estaría piloteando en una zona tan peligrosa, así que valía la pena asumir el enorme riesgo.
Nada nos moverá de aquí, es momento de liberar a Halvac, gritó el capitán.
El vehículo espacial abrió sus compuertas, Halvac se fue asomando de a poco en dirección al norte, una vez colocado en posición, todo volvió a ser un amargo y temeroso silencio. La ambición de Folk se notaba en las pupilas, arriba de esa barbilla y nariz gruesas podían distinguirse las llamas que salían de sus ojos, incluso era posible escuchar cómo crepitaban.
Folk lo tenía claro: debía acercarse al hoyo negro y obtener la mayor cantidad de energía posible mediante Halvac, una máquina diseñada por él para replicar la fuerza de un agujero de gusano y transformarlo en energía útil.
¿Se lo imagina, Gerdison? Cuestionó Hart, los primeros humanos en dominar el poder de un hoyo negro. Nuestros antepasados dominaron esas bestias llamadas animales, encontraron la forma de crear energías inagotables, llegamos a conquistar otros planetas, pero nosotros descubriremos los secretos del universo, seremos dueños de algo mayor que el mismísimo sol y la fuerza atómica, nos recordarán como dioses.
¿Cree en Dios, Capitán Folk?
No solo eso, Gerdison, estamos a punto de conocerlo.
La flota esperaba el momento cumbre, JM-24 se había acercado al objetivo, de acuerdo con los cálculos de la flota, en un tiempo determinado la energía arrojada por el hoyo negro rondaría justo donde Halvac fue colocado, cualquier fallo significaba ser arrastrados a donde ni las estrellas más brillantes han sobrevivido.
Comenzó a sonar la alerta y la aeronave tambaleaba como si un fuerte viento estuviera rompiendo su estabilidad. Gerdison batallaba por mantener la calma mientras Folk gritaba las órdenes.
Preparen la apertura del canal de Halvac. Rod, necesito las coordenadas y el estado de la nave.
Es increíble, capitán, seguimos muy lejos como para recibir la energía suficiente, pero el daño de la nave es mucho mayor al esperado.
¡Mierda!
Por primera vez en todo el camino, Folk mostraba nerviosismo ante el diagnóstico de la situación: De acuerdo, dejemos que se siga acercando.
La angustia de Gerdison creció tras escuchar al mandamás. Por dentro, la nave se sacudía con mayor fuerza y parecía que en cualquier momento explotaría en pedazos.
El hoyo está lo suficientemente cerca para obtener un 20 por ciento de la muestra total; las ultra turbinas y el escudo indican un 45 por ciento de daño.
No es suficiente, espetó el capitán.
El volumen de la alerta aumentó, JM-24 comenzaba a ser arrastrado por el hoyo negro, los rostros desesperados de los tripulantes eran notables, como un niño cerrando los ojos porque no quiere ver la escena de una película de terror.
40 por ciento sustraído; 60 por ciento de daño.
Un poco más…
¡Pero capitán!
¡Sé lo que hago!
50 por ciento sustraído; 70 de daño
Ya casi…
La luz sufrió un apagón dentro de la nave, la turbulencia aumentó y todos debían sostenerse de algo para seguir de pie.
60 sustraído; 80 de daño y peligro inminente, ¡Pare ya! gimió Gerdison.
Ejecuten la fase final.
Inmediatamente Rod Gerdison activó la reserva del vehículo, una vez reiniciados los dispositivos, los tripulantes abrieron paso a la siguiente fase.
Las ultra turbinas desprendieron un reflector que alejó a JM-24 del hoyo de gusano usando su propia fuerza, como si se tratara de un espejo.
Saliendo del área roja, iniciamos cambio de escudos, después ocultemos a Halvac y activemos la autorrecuperación de la nave, ordenó Gerdison.
En cuestión de minutos la nave introdujo a Halvac con la lectura del hoyo negro en proceso, regresaron al campo magnético que bloqueaba los radares enemigos y poco a poco los mecanismos reestablecían su potencia, en algunos casos había que sustituir piezas y los tripulantes se encargaban de eso.
Gerdison, llamó el capitán, que preparen la primera parte del informe, hasta el momento seguimos sin novedades, asegúrese de no entrar en detalle respecto al peligro que corrimos, no quiero que el Congreso dé brincos por asuntos superfluos.
Con todo respeto, capitán Folk, recuerde que formo parte del Congreso, sabe que tienen la confianza plena en usted, sin embargo, un viaje tan arriesgado e importante requería de vigilancia, no se lo tome personal, pero todo se incluirá en el informe.
¿Creen que no estoy a la altura de la misión?
Piensan que todo debe estar bajo su control, para la administración de
Éxodo es fundamental que nada se les escape.
¡Patrañas! cuando Halvac descifre los cálculos del hoyo negro, tendremos un sinfín de energía, la Dinastía RAZ se arrodillará ante nosotros, transformaremos el universo y hasta crearemos nuevas estrellas.
Esa es la preocupación, Capitán, al Congreso le preocupa su ambición de poder, esa misma que casi nos destruye hace unos instantes.
Debería estar agradecido de que aparecerá con nosotros en los diarios cuando se informe la noticia más trascendente de todos los tiempos, estamos en la misión más importante y usted parece no entenderlo, y no me interesa que lo haga, solo asegúrese de lograr un informe impecable, no quiero saber más.
Estoy aquí porque, al igual que usted, Capitán, soy un matemático avanzado, de todo el Congreso fui el único que entendió su propuesta de abordar agujeros negros para la transformación de energía útil, cuando se lo expliqué al montón de políticos en qué consistía su plan, se mostraron contrariados, algunos no dudaron en autorizarlo si la finalidad era colocarnos encima de la Dinastía RAZ; los otros, un tanto prudentes, creían que era más viable apostar a otras fuentes de poder no tan destructivas; y lo más importante, temían que su ambición lo condujera a revelarse. Por ello, me permito informarle de una vez, Capitán Folk, en nombre del Honorable Congreso de Éxodo, que usted solo se limitará a entregar el novelesco informe que solicita, después regresará a su labor como académico, tal vez ofrezca algunas conferencias para la prensa, recibirá una medalla y podrá estar a la cabeza de la comunidad científica, pero déjese de imaginar como el futuro gobernador.
Hart Folk fruncía cada vez más el rostro con cada palabra que salía de la boca de Rod Gerdison, era como si hubiera adivinado lo que pensaba hace unos momentos, no podía creer lo que escuchaba, el gobierno le daría las gracias y se quedarían con su invento. Contuvo en sí mismo un grito de rabia que se pudo haber escuchado en todo el cuadrante.
El Capitán estaba consciente de cualquier eventualidad, aquella noche era para saborear su victoria y nada iba a impedir que alcanzara sus metas, tomó su arma, una pistola atómica con silenciador que podía inmovilizar, incluso matar, si la situación lo requería.
Los demás tripulantes movían los dedos para descifrar los secretos del hoyo negro, Rod Gerdison estaba cabizbajo frente al Halvac, estaba preocupado por las declaraciones que soltó para Folk, no era el momento adecuado, sabía que el rencoroso matemático tomaría cartas en el asunto, iba a advertir al Congreso mediante una llamada de emergencia, pero de inmediato lo interrumpió una voz.
Gerdison, los cálculos han sido resueltos y el informe está casi listo, en 15 minutos podremos vislumbrar la fórmula para crear energía con la fuerza de un hoyo negro.
Le agradezco, por cierto, no es necesario notificarle al Capitán, está indispuesto, tenga la bondad de avisarme en cualquier circunstancia.
¿Quiere envíe al hangar un informe previo?
Gerdison se detuvo y permaneció dubitativo por un buen rato, finalmente resolvió: – no es necesario, y le encargo que no envíen nada hasta el aterrizaje.
Ahora el asistente en jefe contemplaba el universo, se preguntaba mil cosas y tenía cero respuestas, después se miró en un espejo y observó las arrugas en su rostro, observó el poco cabello cano que le quedaba y sus enormes anteojos, pero a sus espaldas se percató de una sombra cercana a él.
¿Interrumpo algo, Gerdison?, preguntó el Capitán Folk, quien se acercaba con un aire de superioridad.
En absoluto, Capitán.
Pare ya de decirme Capitán. Replicó, ambos somos matemáticos. Sin duda soy uno más brillante porque descubrí algo que nunca se le ocurrió en todos sus años, pero usted es un político serio y reconocido en el Congreso, y eso le otorga mayor poder.
¿Qué quiere decir con eso?, cuestionó mientras observaba fijamente al
Capitán que lucía amenazante.
Es fácil, quiero que usted siga mis órdenes a partir de ahora, si no voy a estar a cargo de Halvac, es un hecho que le entregarán las responsabilidades, entonces se declarará incompetente y en ese momento entro yo para obtener lo que quiero, nada que le perjudique.
Se está convirtiendo en un completo fastidio, Folk, usted no entiende nada, si yo me declaro obsoleto para manejar a Halvac, entrará la fuerza armada para encargarse del asunto, el simple hecho de dejar en sus manos su invento lo convertiría en un ser omnipotente, y el gobierno no quiere eso de ninguna manera.
Folk ya no pudo contenerse y comenzó a gritar acompañado de unos fuertes aspavientos como si fuera víctima de espasmos.
¿Entonces prefiere dejar el invento más importante en manos de unos inútiles políticos? Creí que primero era académico y no un burócrata.
Usted jamás entenderá, Folk, no tiene ni idea de mi trayectoria, estoy en el Congreso para integrar la esfera científica en el aparato gubernamental, su invento me pertenece y haremos con él lo que sea más prudente.
¡Mentiras! Folk sacó la pistola y apuntó a Gerdison, _Ustedes políticos solo se acreditan los logros de la sociedad y no mueven un dedo. Voy a demostrar que ustedes ya no caben en esta realidad, cuando aterricemos comenzará la era del conocimiento, todos los matemáticos, físicos, biólogos y químicos gobernarán, y la humanidad avanzará como nunca antes, gracias a mí, tocaremos la mano de Dios.
¿Y usted cree que no he soñado con eso, Folk? Ese tiempo llegará, pero aún no es momento para nosotros, y yo me encargaré de eso.
De pronto Hart Folk recibió un tiro por la espalda y cayó fulminado, el rayo atómico no dejó ni un solo resto de sangre o vísceras, se veía un cuerpo inerte y una mirada sin vida.
Señor, recibimos su alerta e hicimos uso de la autorización para neutralizar al Capitán Hart Folk, este asunto no será incluido en el informe.
Así es, soldados, activé la alerta mientras ese bastardo de Folk gritaba lleno de ira, agradezco su intervención.
Ahora le corresponde la capitanía, señor Gerdison, dejamos de estar a sus órdenes por encubierto para que toda la tripulación se ponga bajo su mandato abiertamente.
Muchas gracias soldado, solo quiero terminar este viaje, y sé cómo finalizarlo.
Rod Gerdison caminó directo al Halvac y comenzó a observar las fórmulas, tomó una computadora y realizó cálculos para medir la capacidad del invento.
Es infinitamente poderoso, musitó.
Sus ojos comenzaron a enrojecerse y su mirada palideció, trago algo de saliva y comenzó a teclear más rápido.
El conocimiento y la humanidad no van de la mano, aún no estamos preparados para un descubrimiento tan grande, solo nos caería desdicha y caos, se lo dije a Folk y por eso tuvo que morir. Rezó para sí mismo mientras presionaba teclas a máxima velocidad.
Halvac comenzó a calentarse gradualmente, la alarma inmediatamente se activó. Rod Gerdison se dirigió al generador de luz, sacó una pistola y destruyó los interruptores dejando la nave en la penumbra total.
¡La ciencia debe crear paz, no destrucción! gritó Gerdison entre las sombras. Y Halvac finalmente estalló.
La nave JM-24 explotó junto con el Senador Gerdison y todos sus tripulantes se redujeron a polvo de estrellas. De Halvac no quedó ni una pista y el Congreso no recibió ningún informe. Por la agresividad del estallido dedujeron que el invento fue un fracaso y cobró la vida de matemáticos y soldados inocentes, de esa forma finalizó el caso y se guardó como el más oscuro secreto de las Fuerzas Éxodo. No obstante, la ambición por poseer el arma más potente del universo se incrementó, y sería cuestión de tiempo para ser descubierta una vez más, y quizá para siempre.
Foto: Imagen de Steve Bidmead en Pixabay
Javier Maldonado
Nacido el 6 el diciembre de 1995 en México. Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, amante de los videojuegos, la música, los deportes, y los relatos de ciencia ficción.
Escritor en desarrollo, en un futuro aspiro publicar libros de cuentos y nóvelas de distintas temáticas. Mi más grande influencia e inspiración son los textos de Isaac Asimov, cuya lucidez y visión marcaron mi perspectiva sobre la vida y el futuro.
Actualmente colaboro en la revista Bogart Magazine, página en la que participo escribiendo sobre mis demás pasatiempos.
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